También está apuntada la gerente general del Banco Central, María del Carmen Barros. Ambas por «diversas maniobras fraudulentas para enriquecerse y enriquecer a terceras personas».
Esta semana, trascendió que la ex ministra de Economía durante el gobierno de Daniel Scioli, Silvina Batakis, hizo una fuente de cuantiosos contratos generosos sin mucha justificación ni controles. Dos de los empleados singulares son el ex marido de la directora, Héctor Javier Silva, y la famosa numeróloga conocida como «Pitty».
Es por eso que este lunes, la diputada Graciela Ocaña presentó en Comodoro Py una denuncia contra Batakis y María del Carmen Barros, gerente general de la Nación. En ella, las acusa de incumplimiento de los deberes de funcionario público, defraudación contra la administración pública por administración fraudulenta y peculado.
Según la legisladora de Confianza Pública (JxC), ambas funcionarias cometieron «diversas maniobras fraudulentas para enriquecerse y enriquecer a terceras personas allegadas a ellas a costa del erario público».
«Estas decisiones tomadas por el dúo Batakis-Barros, fueron hechas a espaldas del directorio del Banco Nación, es decir que no contaban con el aval de los Directores de dicha entidad», indica la denuncia.
Por otra parte, Ocaña apunta a la «escandalosa contratación» de «Pitty la numeróloga» por 1.800.000 pesos, a cambio de «un curso de coach».
«Cuál es el servicio que le puede prestar una numeróloga al Banco de todos los argentinos que no lo prestaba en el Banco y que la Gerenta General debía ir hasta su lugar de trabajo», se cuestiona Ocaña, luego de las declaraciones pública de Pitty respecto a su labor.
«Más que un servicio para el Banco es claro que el servicio es un servicio privado para Barros y que lo abono mediante una factura apócrifa que se cobró con dinero público que les pertenece a todos los argentinos», concluye.
En la segunda parte de la denuncia habla sobre los «nombramientos y autorización de pago de sueldos exorbitantes para familiares y amigos tanto de Batakis como de Barros.»
Esta última sería la primera beneficiaria, a quien, según Ocaña, Batakis «autorizó, sin consultar ni someter a votación del directorio del banco, a cobrar un sueldo de casi 9 millones de pesos mensuales. A esta friolera suma llega gracias a diversos plus y premios autorizados por Batakis sin consultar a nadie.»