La dermatitis atópica es una enfermedad muy común en los niños, siendo que entre un 10% y un 30% de ellos la padece. No obstante, los especialistas afirman que puede aparecer en cualquier momento de la vida, como la adultez. Además explican que el estrés puede ser un desencadenante de esta patología que, si bien no es contagiosa, afecta a uno de cada 10 argentinos.
De acuerdo a los expertos, se trata de una condición crónica que provoca picazón, inflamación y enrojecimiento de la piel. En ese contexto, se advierte sobre la necesidad de generar mayor difusión y conocimiento respecto de esta enfermedad que, en muchos casos, es subdiagnosticada y considerada como una condición cosmética o superficial, lo que puede causar una minimización del riesgo y de los síntomas.
Paula Luna (MN 110.753), médica especialista en Dermatología y Dermatología Infantil del Hospital Alemán, explicó: “La dermatitis atópica es una enfermedad que genera una alteración de dos aspectos: el primero es el desequilibrio en la barrera cutánea, dejando a la piel más vulnerable, y el segundo es el inmunológico, donde la piel reacciona exageradamente produciendo inflamación”.
En segundo lugar, Luna añadió: “Al tratarse de una enfermedad multifactorial, es difícil identificar las causas, ya que intervienen diversos aspectos: genéticos, inmunológicos, alérgicos, metabólicos, infecciosos y/o psicológicos, así como también relacionados con el medio ambiente”.
En ese tono, los expertos señalaron que esta enfermedad se manifiesta principalmente con “tres síntomas: xerosis (piel seca), eccemas (manchas rojas, descamadas) y prurito (picazón)”. En general, estos signos “aparecen en distinto grado, dependiendo de la severidad del caso y del momento. Es sumamente importante poder detectar la condición y tratarla de la manera correcta”, aseveró en diálogo con Infobae Silvia Fernández Barrio, Fundadora y Presidente de AEPSO Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis, una organización que brinda apoyo a pacientes con DA.
Según Fernández Barrio, es habitual comenzar “con una rinitis o con asma”, por lo tanto, será necesario “ver a un alergólogo, a un neumonólogo”. Tambien es usual iniciar los síntomas “con una alergia alimentaria” que demandará la consulta con un alergista. En caso de comenzar “por la piel, que es lo que se llama dermatitis atópica, la consulta será con un dermatólogo”, puntualizó Fernández Barrio.
De esta forma, la especialista remarcó: “Es probable que en el devenir del tiempo se asocien a esa dermatitis atópica rinitis, asma, alguna alergia alimentaria, lo que enfrenta al paciente a muchas vicisitudes y a la necesidad de ver a muchos médicos. Por eso es fundamental que se detecte la dermatitis atópica enseguida, que no se confunda con otras enfermedades. De ahí la importancia de ver profesionales con mucha experiencia en esta enfermedad”.
Se estima que el 45% de los casos de dermatitis atópica comienza en los primeros 6 meses de vida y el 85% lo hace antes de los 5 años. Sin embargo, se trata de una patología que también puede aparecer en otras etapas de la vida. En Argentina, los pronósticos indican que casi el 10% de las personas la sufre.
Desde la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) consideran que uno de los mayores obstáculos que presenta la dermatitis atópica es el sub-diagnóstico y el sub-tratamiento. “Muchas veces, es necesario contar con un equipo multidisciplinario que pueda aportar una mirada integral de lo que les sucede a los pacientes. Pueden intervenir un dermatólogo y un alergólogo, y hasta a veces un psicólogo”, detalló Fernández Barrio.
Por su parte, la doctora Luna agregó: “Muchos pacientes no logran el diagnóstico adecuado por confundir la dermatitis atópica con otro tipo de enfermedades y recurren a la automedicación para aliviar los síntomas. Aunque se trata de una patología crónica que no tiene cura, existen tratamientos efectivos y recomendaciones específicas para cesar y evitar los brotes. Por lo tanto, es fundamental informar a la población general sobre su existencia y la importancia del diagnóstico adecuado”.
La especialista destacó, además, que las “emociones también son un factor importante en muchas enfermedades cutáneas”. Y sumó: “Los factores psicológicos afectan casi a un tercio de los pacientes con enfermedades dermatológicas y tienen un efecto directo en su abordaje. La dermatitis atópica es una de las más importantes en cuanto a la influencia psico-emocional, ya que balancea aspectos ambientales, genéticos y psico-sociales”.
Según una encuesta realizada en Argentina, el 86% de los pacientes con dermatitis atópica tienen su calidad de vida afectada por la patología.“Como sucede con muchas enfermedades de la piel, la dermatitis atópica puede impactar en la vida cotidiana de quienes la padecen. Es una afección que requiere atención diaria para mantener controlada a la picazón y a las lesiones de la piel. Todo esto puede generar frustración y estrés, sobre todo cuando se trata de cuadros moderados a severos, que producen dificultades para dormir o para realizar las actividades cotidianas, como ir a la escuela o al trabajo”, profundizó Luna.
“Si bien la condición no está causada por el estrés, este es uno de los factores más relevantes porque puede desencadenarla, agravarla y, en algunos casos, marcar su curso”, explicó la especialista.
En ese contexto, Fernández Barrio completó: “Gracias al avance de la tecnología y la ciencia, estamos en un momento donde podemos cuidar a nuestros pacientes con mejores opciones de tratamiento y brindarles comodidad y calma ante las situaciones tan desafiantes que les toca atravesar. Si a este panorama le sumamos una mayor visibilidad del tema y empezamos a crear conciencia sobre la dermatitis atópica en toda la sociedad, tenemos la gran esperanza de ver mejoras significativas en su calidad de vida”.
En cuanto a la manera de controlar estos cuadros, Fernández Barrio sugirió: “La primera línea de cuidado de la dermatitis atópica, —y esto va para el bebé desde que nace aunque no la tenga— es aplicar una crema emoliente. Es muy importante que los jabones sean sin detergente y que no tengan color ni perfume. Esos son hábitos que tendríamos que hacer para todos”.
“Es esencial saber que la piel tiene que estar sumamente humectada y que hay que tener cuidado con el agua al asearse, ya que no tiene que ser ni muy caliente ni muy fría. Ese es el cuidado de todos los días. Con respecto al uso de cremas, hay muchísimas líneas dermatológicas, pero hay que tener cuidado porque las de avena son las mejores para la calma del picor, pero los chicos o adultos que sean celíacos no pueden usarlas”, agregó la doctora.
Con la idea de que los afectados tengan una mejor calidad de vida, además de ayudar a buscar herramientas para abordarla o acompañar a quien lo necesite, Pfizer Argentina lanzó la campaña “La realidad de la piel”. Se trata de un micrositio con recursos informativos que buscan visibilizar la realidad de niños, adolescentes y adultos que conviven con la dermatitis atópica.
“Si bien esta afección puede ser un desafío importante en la vida de las personas que la padecen y su entorno, con el tratamiento adecuado y sostenido, siempre bajo la recomendación del médico, un paciente con dermatitis atópica puede recuperar su estilo de vida, sus costumbres y actividades, como el trabajo o el deporte y hasta volver a disfrutar momentos con amigos y familia”, cerró la doctora Luna.
Fuente infobae