En la jornada de ayer y desde la Cámara Segunda en lo Criminal de la ciudad de Sáenz Peña, inició los alegatos en el juicio que se le sigue a Melisa Vallejos y Héctor Gómez por la muerte de su hija de dos años. La misma tenía clavada dos agujas de coser en el cuerpo y presentaba signos de haber sido asfixiada.
Es así que, por un lapso de dos horas el titular del ministerio Público Fiscal, Carlos Rescala, evaluó y analizó cada una de las pruebas existentes en el pendiente, entre ellas se encontraban las testimoniales del médico forense, el informe del IMCIF y la declaración de los imputados.
«El testimonio del médico forense, Dr. Gerardo Bravo fue de gran valía porque rindió prácticamente un examen en este juicio y respondió todas y cada una de las preguntas en la sala«, argumentó Rescala, titular del Ministerio Público.
En ese contexto, además de mencionar la autopsia, mostró a modo de ejemplo en una muñeca el lugar donde fueron clavadas las agujas en el cuerpo de la bebé además de cómo habría sido la estrangulación manual.
Es así, que Rescala manifestó: «La muerte de la menor no se produjo de forma natural, sino por la introducción de las agujas y la asfixia». Momentos después explicó que no existió mala praxis médica. «No se advierte ninguna situación con respecto a la actuación de las médicas», contó.
Por otro lado, el titular el ministerio Público Fiscal consideró que no había tentativa de homicidio, es decir que no estuvo de acuerdo con la calificación con la que el caso fue elevado a juicio. «Hay un delito de -Homicidio Agravado- por el vínculo para la madre de la menor, además de ensañamiento y alevosía», detalló.
Respecto al padrastro estimó que el delito es el de homicidio, ensañamiento y alevosía, no encontrándose elementos relacionados con la violencia de género.
Para el fiscal hubo un deseo de dar muerte por parte de ambos, «no solo la mataron, se despojaron de un objeto, por la forma en que lo hicieron. No fue un acto casual, fue intencional, por el modo en que se consumó el hecho, por la utilización de las agujas de coser las cuales estaban infectadas porque estaban oxidadas» describió.
En simples palabras el fiscal considera que «había una clara manifestación de que la criatura sufriera, por eso se le introdujo una segunda aguja para acelerar la muerte».
En esa sintonía, Rescala acusó formalmente a Melisa Vallejos por los delitos de Homicidio Agravado por el vínculo de ensañamiento y alevosía, mientras que para Héctor Gómez el delito de Homicidio calificado, ensañamiento y alevosía. Casi al final de la audiencia, el fiscal consideró que la pena debería ser la de perpetua.
Finalmente, Carlos Rescala hizo mención a la cantidad de hechos que involucran a niños como víctimas, por eso mismo reflexionó diciendo: «Así como se visibiliza la cuestión de género, u otros temas, se debe visibilizar estas situaciones con política públicas efectivas».
