De acuerdo con especialistas, la inflamación en estas zonas del cuerpo se debe a un drenaje linfático insuficiente o a un mal retorno venoso. Tanto una causa como otra hacen que se retenga más líquido de lo normal, y que, por lo tanto, las piernas y pies queden hinchados.
El calor dilata las venas y se da la circunstancia de que en esta época del año se suele usar un calzado más apretado. Esto provoca que los pies y las piernas “sufran” más, dando lugar a lo que comúnmente llamamos pies hinchados.
Qué hacer para evitar los pies hinchados
- Usar un calzado cómodo, que no apriete por ningún lado y que sea lo suficientemente ancho, anatómico. Tampoco utilizar medias que opriman las piernas ni el tobillo.
- Evitar la ropa ajustada como los pantalones chupines o los ajustados en la cintura.
- Llevar una dieta equilibrada y dar prioridad a los alimentos ricos en fibra. Evitar las bebidas alcohólicas, la sal, el café, el picante y las grasas.
- Hidratarse de forma abundante tomar agua o infusiones para llegar a un mínimo de dos litros diarios.
- Activar la circulación de las piernas con actividades como andar, correr, ir en bicicleta, hacer sentadillas y zancadas, saltar, subir escaleras o andar por dentro del mar y la piscina.
- Poner los pies en alto al final del día durante unos 15 o 20 minutos.
Las personas que padecen sobrepeso o algún tipo de insuficiencia (renal, hepática o coronaria) tienen más posibilidades de que se les hinchen las piernas y los pies, un problema que suele estar acompañado de calambres y la sensación de tener las piernas “muy pesadas”.