Un emprendedor creó un negocio de golosinas saludables inspirado en su hijo con Autismo

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¿Qué dirían si les digo que hay golosinas que no solo son deliciosas sino que también son saludables y ayudan a comer mejor? Me atrevo a decir que tendrían sus dudas y habría una dosis de escepticismo.

Entonces, creo, los voy a sorprender contándoles la historia de «Sweet Power», un emprendimiento que quiere competirle a Notco, el unicornio chileno que produce helado, carne y leche, entre otros, a base de plantas. La idea es de Leonardo Cristaldo, un joven emprendedor santafecino que está apostando a una golosina «supersana y rica». Son gomitas con todos los componentes y proteínas necesarias y sin glucosa. Son ideales para deportistas de alto rendimiento, niños y personas activas o con problemas de salud, que necesiten suplementos alimentarios y que deben regular su alimentación.

Leonardo Cristaldo, creador de las golosinas saludables «Sweet Power», junto a su hijo Franco.

El proyecto de Leonardo y su equipo fue uno de los ganadores del Programa NAVES, una iniciativa de Banco Macro y IAE (la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad Austral) que apoya a emprendedores y pymes de todo el país. Sweet Power quedó segundo entre 4 mil participantes de todo el país. En esta breve entrevista, el emprendedor revela que para crear la empresa se inspiró en su hijo, un chico con autismo.

Dice que ha sido un gran desafío que a veces se hace muy complicado. «Para poder alimentar y no solo complementar, la golosina necesita incluir 30 componentes. Y a los laboratorios les complicaba desarrollarlo. Además, era difícil lograr un buen sabor, por ser salado. Otro desafío era la nanocapsulación, que nunca se había hecho en golosinas».

Para arrancar Cristaldo tuvo que autoeducarse en el tema. Dice que «Sweet Power» no sería posible sin el apoyo de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), donde incubaron el proyecto, le armaron el equipo y lo guiaron hasta llegar a NAVES. «El capo es Osvaldo Sponton, investigador del CONICET, y un estudiante avanzado en biotecnólogía. Arrancamos en noviembre con el proyecto desarrollando la idea y los productos. Pasamos de preincubación e incubación, y la universidad nos lleva de la mano en el proceso de aceleración.

Leonardo Cristaldo, creador de las golosinas saludables «Sweet Power».

¿Cómo los ayuda el Premio NAVES?

Leonardo explica que la idea original del equipo era llegar a la final y ganarse el viaje a Israel. «Sabíamos que los 10 finalistas de este programa terminan explotando y reciben la atención de los grandes fondos de inversión e inversionistas privados. Y ya se dio: salimos de exponer y los propios inversores que eran jurados nos agarraban en los pasillos y nos dijeron que querían invertir. Además, la propia universidad está interesada en invertir y desarrollar el proyecto como un «spinoff» comercial.

Agrega que los mentores y guías del programa han sido claves en el éxito del emprendimiento. «El programa fue de muy buen nivel, los exponentes fueron extraordinarios y llegar a la final nos expuso a muchos inversores. Y los contactos y networking que uno hace son buenísimos».

«NAVES es una herramienta fundamental para minimizar los riesgos del lanzamiento de un proyecto. Realmente los animo a todos aquellos que quieran emprender algo a que pasen, aprendan y disfruten del networking y la comunidad que se genera en NAVES», explica Francisco Muro, Gerente de Distribución y Ventas de Banco Macro, que es el motor detrás de la iniciativa.

Y agrega que «acompañar a las pymes de todo el país, en especial al interior de la Argentina, es nuestro principal objetivo».

Los sueños de Sweet Power

Leonardo y su equipo están esperando concretar las negociaciones que arrancaron durante NAVES o cerrar un acuerdo con la UNL. «En 3 meses tendremos lo que se llama el primer producto mínimo viable y cuando se apruebe, de ahí lo presentamos en la ANMAT (se regula como suplemento dietario y no debería ser complicado). Ese proceso tomará un par de meses más y ahí tendremos que tomar la decisión de tercerizar la producción o armar un laboratorio propio. En un año podríamos tener un producto en el mercado».

El programa «Naves» ayuda a pymes a financiar sus iniciativas.

Actualmente tienen en proceso de desarrollo 4 tipos de caramelos: caramelos con proteína vegana con sabor a frutilla o chocolate y minerales quelatados, caramelos con proteína de suero de leche, caramelos con sales minerales que aportan electrolitos y caramelos con carbohidratos que aportan energía.

Señala que necesitan $ 30 millones para arrancar y que en menos de 6 meses estarían facturando $ 5 millones mensuales. «En 5 años queremos haber escalado el negocio a toda la región y diversificar la oferta de productos», explica Leonardo. «Cuando la gente lo prueba le gusta mucho. Es algo saludable. Hay un gran potencial en el mercado del deporte ofreciendo una golosina que reemplace los polvos de proteínas que consumen los deportistas».

Fuente: RedAcción.