El hecho que la tuvo como protagonista sucedió en agosto de 2018 y ella como pudo, luego de esa noche, siguió con su vida. Continuó trabajando en Salud Pública como lo hizo al mes desde que terminó el secundario, siguió estudiando la carrera de Niñez Adolescencia y Familia, hasta ese día. Este año 2021 debía recibirse. No pudo.
Estaba estudiando con un grupo de compañeras y al escuchar ese nombre, (Maxi Franco) y que había violado a alguien más, se movilizaron tantas cosas, recuerdos, situaciones, y habló finalmente.
Un amigo, que le aconsejó: «hacé la denuncia, yo estoy».
Andrea finalmente realizó la denuncia en la comisaría Segunda de Barranqueras el 23 de abril de este año.
Revivir lo vivido y contar en detalle cómo fue ultrajada por su amigo de la infancia y sentir que pudo haber actuado de otra manera, no creído a sus palabras, corrido ante el primer abuso, gritado, pero no, la violaron tres veces en una noche, amenazándola con un cuchillo y tres años después, debió recordarlo detalle a detalle, para dar lugar a que la justicia actúe. Toda esa revolución de pensamientos al estar frente al agente policial, detallar lo sucedido esa noche, removió muchas cosas en ella.
Andrea describe “cuando alguien te viola te quedás en shock, como cuando te sacan el celular o entran a robar a tu casa. En frío pensás pudiera hacer esto o lo otro. Pero en ese momento, todo lo que una quiere, es que la situación pase lo más rápido posible y termine la pesadilla”.
“Pese a la situación vivida», a la agresión sexual, «Maxi» le dijo “es tarde, te acompaño hasta el salón de tu papá para que nadie te haga nada”. Salimos y vi a un conocido de mi papá. Le hubiera podido pedir ayuda, no lo hice, seguí caminando. Al llegar al salón, me encerré y quedé llorando toda la noche” recuerda, y agrega «me agredió terriblemente, pero se preocupó de mi seguridad. En mi dolor no pude entender sus actitudes» .
Máximo Franco, tal el nombre del agresor, estuvo detenido por orden judicial. Tres días. Sí, como Ud. lo lee, tres días. Él vivía con su madre, quien, al enterarse de la denuncia, lo echó de la vivienda y se mudó a Gaboto y Misiones de Barranqueras. El hijo de la dueña del lugar se comunicó con Andrea asustado por temor a lo que le pudiera hacer el agresor a su propia madre que es dueña del lugar donde vive.
Andrea esperó de la policía, de la justicia, pero consideraron que con tres días alcanzaron para ajusticiar a su agresor.
Y locas ideas pasaron por sus pensamientos. Dejó su carrera, comenzó a encerrarse y decidió ponerle fin a todo, no una, sino varias veces. Al punto que cuenta “es muy triste dejarle a tu mamá y a tus hermanos el recuerdo de verte en un charco de sangre y colgada”. Por gracia de Dios la ayuda llegó a tiempo y hoy ella tiene ayuda psicológica, privada y estatal.
Y ya no pudo más, el 23 de agosto decidió ocupar su red social y contar lo que vivió.
Buenas y malas situaciones siguieron a esa transmisión en vivo. Muchas personas la agredieron y descreyeron de su relato. Otras, por privado le contaron que habían vivido lo mismo con la misma persona o incluso familiares y amigos del agresor, le corroboraban ese tipo de actitudes en otras ocasiones.
Los amigos de Andrea comenzaron a escrachar en todas las redes posibles a Maxi Franco.
Lo cierto es que la única denuncia formal es la de Andrea, el expediente es el número 14804/2021 y recayó en la Fiscalía Número 2, a cargo de la doctora Ana Graciela González.
También la transmisión en vivo dio lugar a amenazas, gente que se tiró contra el auto de la madre de Andrea, personas que golpean la puerta de la casa de la familia a la madrugada y luego queda a mirar lo que sucede allí. O recibió amenazas… como se ven en esta publicación.
Andrea esperó dos horas para ampliar las denuncias, pero no pudo hacerlo, porque además de las amenazas, siempre lo conoció como Maxi Franco, y creyó que se llamaba Maximiliano, y finalmente se enteró que es Máximo Franco. En sede policial le dijeron una y otra vez que estaban tomando otra denuncia.
Hoy lunes será recibida por el personal de la Dirección de Atención a las Víctimas de Violencia de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia.
Muchos preguntaron a su familia ¿por qué no hacen daño al agresor para compensar lo que le hizo a su hija? «Porque nosotros somos personas de bien» respondieron y agregaron «no pensamos en como dañar a otro» dice su madre.
Andrea y su familia siguen esperando justicia.
Fuente : https://infoqom.com.ar/