Desde la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Chaco difundieron un informe remarca que el sector privado es un componente esencial del sistema de salud, ya que atiende a más del 60% de la población. “Por este motivo, la frágil situación económica y financiera de las entidades que lo componen, agravada durante la primera ola de la pandemia de Covid-19, representa un serio problema frente a la eventualidad de una segunda ola durante los próximos meses. Ocurre que el promedio de tarifas -de los distintos financiadores no cubre los costos de servicios clave-, como las internaciones en piso y en UTI, y los picos de la pandemia agravan el problema, al reducir las tasas de ocupación de servicios normales e incrementar sustancialmente los costos de atención de pacientes Covid”, afirma.
Y reporta que el problema tarifario no está vinculado solo a sus niveles promedio, inferiores a los costos, sino también a la “marcada distorsión de tarifas entre financiadores y entre servicios y prácticas médicas”, lo que implica distintos niveles de vulnerabilidad de las entidades dependiendo de su mix de financiadores y su mix de servicios.
“La distorsión de tarifas entre servicios implica problemas coyunturales, como la desfinanciación que se produce cuando la pandemia hace caer cantidad de prácticas con mayores tarifas, como cirugías que, de alguna manera, “financian” a servicios deficitarios como los de internación, y problemas más estructurales, como la desfinanciación de las entidades de localidades más pequeñas a medida que los servicios más sofisticados van concentrándose en las grandes ciudades”, añaden.
“Hay un problema de atraso de tarifas que viene de hace tiempo, pero se ha agravado. Empeora, además, cuando caen las tasas de ocupación como cuando ocurre en cada ola de Covid, ocurrió el año pasado y es probable que ocurra ahora. Y se suma un problema de estructura de tarifas donde hay subsidios cruzados que se afectan por la pandemia. Es común que las cirugías ‘subsidien’ el costo del piso, pero se cae a pedazos ese sistema cuando las cirugías se cortan por la caída en la demanda que implica el Covid. Eso implica que quedan al descubierto, sin poder cubrir sus costos, los servicios de piso o de UTI, generando varias derivaciones complicadas al respecto”, explica el economista Gastón Utrera, al frente del equipo que desarrolló el trabajo.
COSTOS SIN CUBRIR
El informe del foro señala que, con datos del Sistema Estadístico de Costos de la Salud, a marzo de 2021, las tasas de cobertura de costos totales de los financiadores considerados varían entre 27.2% y 65.9% de los costos totales en el caso de internación en piso, y entre 44.0% y 92.1% en el caso de internación en UTI adulto, dependiendo del financiador.
“En general no se cubren ni siquiera costos operativos, aun excluyendo pago de contribuciones patronales y previsiones por despido, y considerando la ayuda del Estado en la forma de Repro”, marca.
Además, a la pregunta de ¿cómo llega la salud privada a la segunda ola?, la respuesta es que “muy mal”.
“Estamos mucho peor que el año pasado. Llegamos a esta segunda ola como si fuéramos un boxeador que peleó 15 rounds, le dan un descanso mínimo y lo meten en una nueva pelea contra un boxeador fresco, porque el Covid, llega con nuevas versiones”, figura.
“Esa es la sensación que nosotros tenemos. Tenemos un retraso mínimo en las tarifas del 50% o 60%. Y el impacto de la inflación en nuestro sector es distinto, por varios motivos como los precios de los medicamentos nuevos, insumos importados o la concentración de fabricantes”, remarca Mario Hornik del consejo directivo de Aclisa.
SE AGRAVA
Para los próximos seis meses, mientras se desarrolle la segunda ola, bajo supuestos sumamente conservadores de aumentos de salarios, precios de medicamentos y tipo de cambio, entre otras variables, los costos podrían incrementarse 19.8% (internación en piso) y 20.7% (internación en UTI adulto) sobre los valores actuales.
“Eso implica que las tarifas deberían incrementarse alrededor de 20% solo para mantener el actual atraso tarifario en las condiciones actuales”, afirman.
“Es decir que necesitamos una suba del 20% en los próximos meses para seguir perdiendo como hoy, que tenemos un cráter de pérdidas. Con esto es claro que hay que repensar el financiamiento, pero todo el sistema en general”, plantea Hornik.