Está a punto de caerse. Después de que el fondo Inverlat cerrara un acuerdo con los bancos acreedores de la cadena, la operación ahora está estancada tras no alcanzarse un convenio similar con los proveedores de Garbarino, que son básicamente las grandes marcas de electrónica y electrodomésticos.
Fuentes cercanas a las negociaciones admitieron a LA NACION que hoy las conversaciones están en punto muerto debido a la decisión de las empresas fabricantes de no aceptar una quita en su deuda que esté en línea con la que acordaron los bancos.
El fondo Inverlat ya había alcanzado hace unas semanas un acuerdo con un grupo de bancos liderado por el Galicia y el Santander para bajar la deuda de Garbarino de $5000 millones a un poco más de $1000 millones. Otra parte importante de los pasivos de Garbarino está en manos de los principales proveedores de mercadería de la cadena. En este caso, la deuda ronda los $7000 millones y la lista de acreedores incluye a empresas internacionales como Samsung, Carrier y LG y jugadores locales como Newsan, BGH y Alladio.
Inverlat es, al menos hasta ahora, la única empresa que presentó una oferta para quedarse con Garbarino, lo que torna muy incierto el futuro de la cadena de electrodomésticos. Hoy la empresa fundada por la familia Garbarino arrastra un patrimonio neto negativo de $3500 millones y sus pérdidas mensuales rondan los $500 millones, en medio de una fuerte crisis que enfrenta el negocio de la venta de electrodomésticos.
Inverlat es un fondo de inversión privada que tiene como socios a ex banqueros del Citibank y Deutsch Bank como Carlos Giovanelli, Damián Pozzoli y Guillermo Stanley. La firma administra capitales por más de US$1000 millones y su portafolio de empresas incluye a marcas como Havanna, Fenoglio, GNC Aspro y Reef. Además, hasta julio de 2018 controlaron a la firma Degasa (que opera las marcas de comida rápida Wendy’s, KFC, China Wok).
Garbarino quedó muy golpeada por la crisis económica, que se sintió con especial fuerza entre las empresas del rubro electrodomésticos. En la actualidad, la cadena tiene una participación de mercado de alrededor del 20%, peleando con compañías como Musimundo y Grupo Márquez. «El peor momento fue entre enero y abril de 2018. Ahí apareció el plan Ahora 12 y todo empezaba lentamente a recuperarse hasta mediados de agosto, donde todo se cayó por la crisis económica. Si la recta hubiera sido ascendente, la situación habría empezado a mejorar», grafican fuentes de la empresa.