La leishmaniasis es una enfermedad causada por un protozoo del género Leishmania, y transmitido por la picadura de flebótomos, es decir, un insecto transmisor que por lo general es la mosca del drenaje. Es una de las zoonosis emergentes de estos últimos años en nuestro país, que aumenta por las altas temperaturas. ¿Qué significa zoonosis? Se trata de cualquier enfermedad que se transmite de forma natural de los animales –en su mayoría vertebrados– al ser humano, y viceversa.
Por su naturaleza zoonótica, afecta tanto a humanos como a perros, siendo estos últimos los principales reservorios urbanos del parásito. La enfermedad en hombres produce daños en órganos internos y debe ser diagnosticada y tratada en el menor tiempo posible.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay tres formas principales de leishmaniasis: la visceral –forma más grave, a menudo conocida como kala-azar–, cutánea –la más común– y la mucocutánea. A su vez, agregan que “está vinculada a los cambios ambientales, como la deforestación, la construcción de presas, los sistemas de riego y la urbanización; afecta a las poblaciones más pobres del planeta y está asociada a la malnutrición, los desplazamientos de población, las malas condiciones habitacionales, la debilidad del sistema inmunitario y la falta de recursos”.
La OMS estima que cada año se producen entre 700 mil y 1 millón de nuevos casos y entre 26 mil y 65 mil defunciones y sólo una pequeña parte de las personas infectadas por Leishmania acaban padeciendo la enfermedad.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) llevó a cabo un estudio en donde identificaron los casos de esta afección en las Américas: 940.396 nuevos casos de la leishmaniasis cutánea (LC) y mucosa (LM) fueron reportados por 17 de los 18 países endémicos, en el período de 2001-2017, con un promedio anual de 55.317 casos.
La OMS estima que cada año se producen entre 700 mil y 1 millón de nuevos casos y entre 26 mil y 65 mil defunciones
Consultados por Infobae, desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires advirtieron: “Si bien en este caso aún no se han registrado casos fuera de la provincia de Entre Ríos, resulta imprescindible tomar las medidas necesarias de prevención, la enfermedad se ha estado desplazando desde el año 2006, a partir de focos de transmisión autóctona en Argentina”.
Desde este organismo explicaron que “en Buenos Aires no se tiene el vector, pero al ser una época de viajes, traslados y vacaciones, se debe prevenir ya que puede suceder que lleguen perros enfermos de zonas endémicas”, e insistieron: “Es preciso tomar recaudos ya que podrían darse las condiciones para que comience el ciclo de la leishmaniasis”.
“Son necesarias las inspecciones y los bloqueos vectoriales de leishmaniasis; al igual que para el mosquito del dengue, el Aedes aegypti, se deben preservar las condiciones de sanidad mediante ordenamiento ambiental, limpieza y organización de patios en donde puedan generarse focos de vectores”, recomendaron.
Por otro lado, sostuvieron que “deben reforzarse las medidas de salud pública para reducir las poblaciones del insecto y controlar a los animales domésticos y callejeros, evitar que viajen a zonas endémicas en cuanto a la regulación de las importaciones de caninos y utilizar con regularidad los collares y pipetas aprobadas por el Servicio Nacional de Salud Ambiental (SENASA)”.