El pasado viernes 27 de diciembre se desató una tormenta eléctrica sobre la localidad de Ibarreta, y si bien no fue acompañada de precipitaciones, sí hubo truenos, rayos y relámpagos. En ese marco, en un campo ubicado a unos cinco kilómetros del pueblo (camino a Formosa), se produjo un hecho que despertó el misterio y provocó temor. Una yegua sana, mansa, de unos 10 años, fue atacada y cuando el peón del campo la halló no podía salir del estupor, ya que “le habían cercenado el cuello. Desde la crina, pasando por la oreja y hasta la mandíbula le habían retirado el cuero. Le faltaban la lengua, los ojos y además, tenía otro corte en la panza y le salían las vísceras. A su alrededor no había una sola huella”, comenzó relatando a La Mañana Ignacio Arias, productor y dueño del campo donde ocurrió el hecho.
Durante la entrevista, el productor explicó que “el viernes fue sólo tormenta eléctrica y el sábado recién llovió. Mi campo es chico, tiene unas 15 hectáreas y tengo un peón que me ayuda. Él encontró a la yegua, le sacó fotos y me las pasó. En forma inmediata fui a ver al animal y nos pareció muy raro lo que le había pasado. Incluso llegamos a pensar que quizás pudo haber sido un rayo, pero luego, mostrando las fotos a los vecinos de los campos lindantes, nos dijeron que casos similares se habían dado en años anteriores; claro que para mí era la primera vez que veía algo así”.
Al hacer referencia a los cortes que presentaba el animal, Arias detalló que “eran limpios, o sea que un animal no la atacó y tampoco pudo haber sido quemado por un rayo porque un rayo no corta. La forma en que seccionaron a la yegua es lo más raro y además, no había huellas alrededor para decir que alguna persona lo hubiese hecho”. Por otra parte, consignó que “pegada a mi quinta hay una estancia grande y ahí, el propietario me dijo que un caso similar ocurrió hace unos dos o tres años atrás en su campo y otro vecino de un campo cercano, al mostrarle la foto, dijo que era muy parecido a lo que había pasado en su oportunidad, hace unos cinco años”.
Sobre el mito
El término “chupacabras” hace referencia a un críptido legendario, que se describe como un ser que ataca a animales de diferentes especies en zonas ganaderas o rurales.
El mito tuvo su origen en la isla de Puerto Rico en 1995? y desde entonces se han reportado diversos supuestos avistamientos en lugares tan lejanos a la isla como Maine y Chile e incluso provenientes de países fuera del continente americano, como Rusia y Filipinas.
Antecedente de casos
que fueron publicados
Cabe recordar que en junio del 2002, en la zona de San Francisco del Laishí, investigaron también la muerte de un vacuno que había aparecido mutilado, sin órganos ni rastros de sangre. El hallazgo lo hizo el propietario del establecimiento ganadero.
El novillo que apareció a escasos 300 metros del casco de la Estancia San Francisco, propiedad de Antonio Passarelli, tenía las mismas características de otros animales cuyo deceso se atribuye al “chupacabras”. Tal fue la conmoción que provocó este caso que fue uno de los títulos de tapa de la edición del 27 de junio de ese año.
Por otra parte, más cerca en el tiempo, en agosto del 2012, una productora ganadera de Fontana había denunciado que halló a un ternero de su propiedad sin ojos ni lengua y que “en mi campo aparecieron muertos 11 animales. Es más, en el campo de un vecino pasó lo mismo con nueve vacas de la noche a la mañana”, había dicho a La Mañana en su momento.
Según el relato de la productora fontanense, “nuestros vecinos del campo nos comentaron que habían visto luces en el cielo durante la noche previa al hallazgo del ternero mutilado”.
El último caso que reflejaron las páginas de este matutino fue publicado en la edición del 31 de marzo del año pasado y también ocurrió en Fontana. En este caso, el animal mutilado fue un potrillo que se encontraba para amanse al que le arrancaron los ojos de raíz y le faltaba su miembro. Según el relato de los vecinos, habían oído fuertes relinchos alrededor de la una de la madrugada del sábado 30. Ni bien se conoció el suceso las hipótesis sobre lo ocurrido, oscilaron entre el accionar del “chupacabras” y la presencia de los ovnis.
Este caso ocurrió en un predio ubicado en cercanías de la antena de Claro, a unas cuatro cuadras del centro de Fontana. Erika Bombares, propietaria del potrillo, en diálogo con La Mañana había referido en aquel entonces que “ya nos perjudicó varias veces matando nuestra hacienda. Incluso recuerdo que cuando era joven y aún vivía mi padre, también habíamos hallado un ternero muerto en un círculo que parecía quemado. Para mí fueron los ovnis”.
Fuente la mañana Formosa