Desde que llegaron de Brasil hace unos meses, Juruna y Mariua – dos hembras de yaguareté que habían quedado huérfanas en vida libre – comparten uno de los corrales de 1,5 del CRY.
Durante todo este tiempo, y gracias a las cámaras de videovigilancia, hemos podido – de manera remota – estudiar su comportamiento y habilidades dentro del recinto para evaluar si son aptas para vivir en libertad.
Con la colocación de collares satelitales que nos permitirán conocer en todo momento dónde y cuando se mueven, comienza una nueva fase del proyecto, que nos acerca cada vez más a la vida en libertad de estos ejemplares.