En Estados Unidos se hizo el primer trasplante de riñón con donante vivo entre dos personas con HIV. Se trata de un hecho inédito a nivel mundial, anunciaron hoy desde el Hospital Johns Hopkins, en Baltimore, donde se practicó la intervención a la que describen no solo como un avance médico, sino como un paso significativo en la destrucción del estigma que pesa todavía sobre la enfermedad.
«Es la primera vez que se le permite a alguien infectado con VIH donar un riñón en el mundo y es grandioso», manifestó entusiasmado el doctor Dorry Segev, catedrático de cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. «Esta enfermedad, que en los ’80 era considerada una sentencia de muerte, está actualmente tan bien controlada que las personas infectadas con VIH ahora pueden salvar vidas a través de la donación de riñón. Es algo increíble», se congratuló.
El trasplante se realizó el lunes. Tanto la donante, Nina Martínez, de 35 años, como su receptor -cuya identidad no se dio a conocer- se encuentran bien, confirmaron desde la prestigiosa institución estadounidense.TUn avance en el marco legal fue el que dio luz verde a la intervención. Es que en 2013 fue aprobada en Estados Unidos la Ley de Equidad de Órganos y VIH, conocida como Ley HOPE, por sus siglas en inglés (HIV Organ Police Equity Act), que autorizó la donación de órganos de personas con VIH bajo ciertos criterios, como tener una carga viral baja y que el órgano a donar se encuentre en condiciones óptimas
La norma posibilitó la apertura de múltiples estudios para explorar la factibilidad, inocuidad y eficacia del trasplante entre personas infectadas. Según un artículo del Washignton Post, desde 2016 se trasplantaron 116 órganos de donantes VIH positivos fallecidos a receptores que vivían con el virus.
Nina contrajo el virus por una transfusión de sangre, seis semanas después de su nacimiento, en 1983. Recién a los ocho años, durante los controles prequirúgicos para someterse a una cirugía ocular, ella y su familia se enteraron de que estaba infectada. Gracias a la medicación, su carga viral es hoy indetectable (es imperceptible en la sangre, lo que no implica estar curado).
«Algunos creen que las personas infectadas con VIH están ‘enfermas’ o mal. En mi caso, yo sabía que tenía buena salud. El VIH no constituía una barrera para la donación de órganos y nunca consideré al virus como un obstáculo médico», dice la mujer que es consultora de salud pública, voluntaria en investigaciones clínicas y promotora de políticas dedicadas a eliminar el estigma que todavía rodea al VIH.
Fuente diario datachaco