Un saenzpeñense, con un equipo de investigadores, ideó técnica para tratar enfermedades neurológicas

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En este nuevo avance de la ciencia, un saenzpeñense cumplió un rol fundamental al encabezar el equipo de investigadores que obtuvo este logro como resultado final de un proceso de estudio y desarrollo.

Se trata de Sergio Lew, integrante de una reconocida familia de esta ciudad ya que su padre, León, fue socio fundador de la empresa metalúrgica Lepomet, que entre tantos aportes en su vida empresarial construyó los tensores del puente interprovincial Manuel Belgrano.

Lew es egresado de la Escuela de Educación Técnica Nº 22 Teniente Benjamín Matienzo (Ex ENET Nº 1) más conocida como el “Indu”. De este establecimiento egresó en el año 1985 con el título de Técnico Mecánico Electricista y luego siguió sus estudios universitarios graduándose en ingeniería electrónica y posteriormente obtuvo el título de doctor en la especialidad.

UN TRABAJO DE CINCO AÑOS

En declaraciones a NORTE, Lew como integrante de equipo de científicos que desarrolló este nuevo método que tiene como principal novedad “la no invasividad”, indicó que el mismo “es producto de un trabajo de aproximadamente cinco años y fue llevado a cabo en colaboración entre el Instituto de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires y el INTI en el que trabajamos en forma conjunta con el ingeniero Fabián Acquaticci, el doctor Sergio Gwirc”.

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Sergio Gwirc, del INTI, fue director del diseño y desarrollo de los dispositivos conjuntamente con toda la bioelectrónica asociada para su aplicación.

El IIBM de la UBA financió el proyecto y trabajó en el desarrollo de los métodos de neuroestimulación propiamente dichos, bajo la dirección de Sergio Lew. Por su parte el INTI, bajo la dirección de Sergio Gwirc, brindó sus capacidades para el diseño y desarrollo de los dispositivos (transductores piezoeléctricos y elementos de focalización) conjuntamente con toda la bioelectrónica asociada para su aplicación.

FINES TERAPÉUTICOS Y DE INVESTIGACIÓN

Al referirse específicamente a la nueva técnica desarrollada la definió a la estimulación cerebral como “una técnica utilizada con fines terapéuticos y de investigación”, dijo en contacto con NORTE.

En ese sentido destacó que dentro de las posibles técnicas con que se cuenta en la actualidad “están las eléctricas, por medio de electrodos implantados en la zona a estimular, como en el caso de la enfermedad de Parkinson, la estimulación magnética transcraneal y el ultrasonido”.

En el caso de este último agregó ante la consulta de este diario que “la onda de ultrasonido hace vibrar a la membrana celular aumentando su permeabilidad, principalmente al sodio, y haciendo finalmente que la neurona dispare potenciales de acción”.

En este trabajo “se desarrolló una lente especial para enfocar el haz de ultrasonido a una zona del cerebro de 3 milímetros cúbicos” dijo Lew a NORTE añadiendo que “la lente se diseñó con modelos computacionales de elementos finitos del transductor piezoeléctrico, del material de la lente y del cráneo. Luego se construyó la misma en un material transparente a la onda de ultrasonido de 250 MHz y se la caracterizó en una cuba”.

Finalmente “se probó el neuroestimulador en ratones anestesiados, enfocando el haz sobre la neurológicasregión de corteza motora donde se mapea el movimiento de la cola del ratón y se ajustó en perfil de estimulación para lograr el movimiento involuntario de la cola” sostuvo el profesional.

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Fabián Acquaticci fue otro de los integrantes del equipo que ideó el nuevo tratamiento.

En otro párrafo de la conversación mantenida con NORTE aseguró que “si bien los resultados son alentadores porque se logró estimular un foco pequeño de cerebro sin la necesidad de realizar una craneotomía” aseguró que “queda todavía un camino largo para probar cómo implantar este sistema en animales con cráneos de mayor espesor” y finalmente en modelos animales “con patologías neurológicas como epilepsia y Parkinson”.

MÉTODO NO INVASIVO

Lo más atractivo de esta técnica es la no invasividad y la selectividad al mismo tiempo, porque las técnicas actuales tienen fuertes limitaciones, ya que los métodos farmacológicos carecen de especificidad y demandan un gran gasto metabólico, mientras que los eléctricos permiten alcanzar una alta especificidad pero requieren de la implantación de electrodos profundos, y las prácticas no invasivas (como la estimulación magnética transcraneal o por corriente continua) tienen baja resolución espacial.

Los primeros ensayos se realizaron en animales de laboratorio y ahora se está avanzando en pruebas “ex vivo”, es decir, en tejidos humanos fuera del organismo.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cientos de millones de personas en todo el mundo sufren trastornos neurológicos, mientras que en la Argentina, de cada 100.000 pacientes que padecen trastornos neuronales, se estima que sólo 50 pueden ser intervenidos.

Fuente diario norte