Un niño de diez años quedó atrapado en un pozo de alrededor de 24 metros de profundidad tras precipitarse por él mientras jugaba en un descampado de una ciudad de la India.
El pequeño, llamado Rahul Sahu, ha acaparado la atención mundial. En este desesperante contexto, decenas de personas se han aproximado al lugar para tratar de ayudar. Además, por un diminuto hueco del pozo han dejado caer un tubo para poder proporcionarle oxígeno.
Los rescatistas intentan perforar un túnel junto al pozo con máquinas excavadoras y grúas, y con la ayuda de personal militar y miembros de la agencia de respuesta a catástrofes.
Los pozos de las aldeas agrícolas indias son lugares frecuentes de accidentes mortales en los que están implicados niños pequeños.
En 2019, en el estado norteño de Punjab, un niño de dos años murió en un pozo tras cuatro días de intentos infructuosos por salvarlo.
Las operaciones de búsqueda avanzan a través de un túnel paralelo que se está construyendo para facilitar su rescate, aunque la NDRF anotó que se están encontrando con rocas de gran dureza, lo que está suponiendo «un gran desafío» a la hora de perforarlas para avanzar.