El 22 de enero, tras varias reuniones con funcionarios y técnicos de las áreas de Energía de la Nación, el gobernador Jorge Capitanich admitió que el origen de los bajones de tensión y cortes en el suministro de energía eléctrica era todo un «misterio».
Para develarlo, contó que, a instancias del Chaco, las provincias del NEA habían requerido una pericia y su pertinente informe para determinar las razones de las persistentes “perturbaciones” en el suministro de eléctrico.
A la espera de las conclusiones técnicas que permitirían hacer las correcciones necesarias, pidió paciencia a los consumidores y el uso responsable de la energía.
Según sus estimaciones, en un plazo no mayor a un mes saldría a la luz la razón del colapso energético. Pero el tiempo transcurrió en exceso y la ola de cortes de luz y bajones de tensión sigue siendo un enigma.
Según Capitanich, “tenemos un problema” injustificable teniendo en cuenta el “histórico nivel de inversiones”, y culpó a la generación de “potencia reactiva” por el encendido simultáneo de equipos acondicionadores de aire. Pero dijo que serían los especialistas quienes tendrán la última palabra.
Casi culpando a la población por utilizar un Acondicionador de Aire, lo cuál es un elemento básico para sobrellevar las grandes temperaturas que azotan la región.
Por su parte, Secheep responsabilizó a los incendios de pastizales en la zona y a la proveedora de energía mayorista por el mal servicio. Mientras, prepara los incrementos del nuevo cuadro tarifario.
Sin embargo, culpas van y culpas vienen, pero la población es quién debe padecer los cortes de luz, o también los bajones de tensión, que son responsables de que muchos electrodomésticos se quemen.