Investigadores de todo el mundo quieren saber por qué muchos pacientes fueron asintomáticos mientras que otros se enferman gravemente.
Adultos mayores que lo tuvieron hasta tres veces, sin mayores síntomas. Personas jóvenes y sanas que terminaron internadas. Con variados cuidados para prevenirlo, el coronavirus pasó desapercibido para algunos y dejó huellas dramáticas en otros. Para saber de que depende esa diferencia, investigadores estudian para identificar el talón de Aquiles del virus.
Un equipo internacional de científicos médicos publicó un artículo en la revista Nature Immunology, que describe la investigación en curso sobre por qué algunas personas son resistentes a las infecciones por SARS-CoV-2. En su artículo, señalan que actualmente se sabe muy poco sobre este tema, pero sugieren que un esfuerzo más consistente para averiguarlo podría conducir a nuevas formas de tratar o prevenir la enfermedad.
Los autores señalan que la pandemia sirvió para recordar a la comunidad mundial la notable variabilidad en la respuesta viral: algunas personas son asintomáticas mientras que otras se enferman tanto que mueren. Señalan también las claras diferencias que los investigadores han observado; por ejemplo, los casos en que una sola persona de una familia permanece no infectada mientras que todos a su alrededor se enferman; o personas que trabajan en un entorno de alto riesgo, pero que no se enferman.
Hubo algunos informes sobre que las personas con sangre tipo O, por ejemplo, sufren menos cuando se infectan. Y otros estudios que sugieren que ciertas proteínas producidas por el cuerpo son más o menos activas cuando se enfrentan al virus SARS-CoV-2. También se reveló que el virus necesita proteínas que tengan receptores como ACE2 o TMEM41B. Si las personas carecen de los receptores, el virus no puede replicarse.
El estudio en marcha
Ya ubicaron a 400 voluntarios que cumplen con los criterios requeridos para identificar, reclutar y analizar genéticamente la resistencia al coronavirus.
El objetivo es considerar a las personas expuestas a un caso sin equipo de protección personal, durante al menos una hora por día, y durante los primeros tres a cinco días de síntomas de su contacto. Cuatro semanas después verificarían el dato con pruebas de PCR negativas y análisis de sangre negativos, buscando particularmente células T para confirmar que la persona no ha sido infectada en el pasado.
Los autores concluyen señalando que la naturaleza de la pandemia sugiere que el virus SARS-CoV-2 no va a desaparecer pronto; por lo tanto, sería beneficioso si la comunidad científica pudiera comprender completamente por qué las personas responden de manera tan diferente cuando se exponen a ella.