El religioso apeló además a la unidad entre la capilla, el club y el colegio, como esquema social para alejar de las drogas a la gente, y especialmente a los niños y jóvenes. ‘Por ser uno de los problemas más acuciantes de las familias, poco se habló de la droga y del narcotráfico en la campaña electoral y en los debates siguientes a las PASO. La sensación de impotencia y la desproporción de fuerzas constituyen un gran desafío‘, lamentó Lozano en su reflexión semanal, publicada por la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).
Lozano dijo además que cuando escucha a dirigentes políticos hablar de despenalización del consumo de drogas o su uso recreativo en fiestas, o cuando escucha decir que ‘un porro es inocuo‘, se pregunta ‘en qué tipo de jóvenes están pensando, en qué modelo de salud, qué sociedad‘. Ante ello reclamó: ‘Que no nos vendan humo‘. Añadió que ‘muchos son los que se encuentran a la intemperie, física y existencial. Duermen en la calle, las estaciones, las plazas y se naturaliza esa situación. La indiferencia no colabora en la búsqueda de soluciones eficaces‘. Y advirtió que ‘no es algo oculto el vínculo entre las actividades mafiosas del narcotráfico, la trata de personas, los desarmaderos de autos robados, el comercio de armas. Son parte del mismo cáncer social alimentado por la corrupción y la avaricia de dinero y poder‘.
Monseñor Lozano aseguró que ‘debe haber en cada barrio una creativa y audaz cercanía entre ’las 3 C’: Capilla, Club y Colegio‘. ‘La respuesta y la prevención deben buscarse en abordajes integrales. En general la droga es la punta del iceberg ante la que quedan ocultas muchas postergaciones en la salud, la educación, la familia‘, indicó.‘Gracias a Dios -abundó- va creciendo la conciencia en algunos sectores eclesiales y sociales, aunque debemos señalar que es más rápida la aceleración del consumo‘.Y en ese contexto rescató lo dicho por el papa Francisco acerca de que ‘’la Iglesia es un Hospital de Campaña’ que recoge a los heridos del sistema, que éste excluye y margina.