Fue durante una requisa en su celda de máxima seguridad en la cárcel federal de Marcos Paz; creen que Guille Cantero pudo haberlo usado para ordenar el último ataque al Centro de Justicia Penal, donde está siendo juzgado por otros atentados armados contra jueces y dependencias tribunalicias
El viernes, en el inicio del juicio que lo tiene como principal acusado, Ariel Máximo Cantero, alias Guille, dio la nota cuando le preguntaron cuál era su profesión y contestó: “Contrato sicarios para tirar tiros a jueces”. No se esperaba que el domingo tuviera otra ocurrencia por el estilo: estaba previsto que no participara de la audiencia porque tenía asignada una visita de su esposa en el Complejo Penitenciario Federal 2 de Marcos Paz. Sin embargo, volvió a ser protagonista.
Durante la mañana, en una requisa realizada por personal de la policía bonaerense, en la celda de Cantero fue hallado un teléfono de línea que funcionaba como prepago. Ese teléfono corresponde al Servicio Penitenciario Federal (SPF), que tiene bajo su control el penal de Marcos Paz.
La requisa había sido solicitada por los titulares de la Unidad de Flagrancias de Rosario, los fiscales Franco Carbone y Federico Rébola, ante la sospecha de que fue Cantero quien instigó el último ataque armado contra el Centro de Justicia Penal de Rosario del jueves pasado, precisamente en la víspera del inicio del juicio que lo tiene como acusado de 14 atentados contra magistrados y sedes judiciales, una seguidilla que comenzó en mayo de 2018.
“En las requisas es habitual que se encuentren teléfonos celulares o chips de celulares, pero nunca teléfonos de línea”, dijo a la agencia de noticias Télam un investigador. El fiscal Carbone libró oficios al SPF para saber desde cuándo Guille tiene acceso a ese teléfono y encargó un peritaje para conocer las llamadas entrantes y salientes de esa línea.
Fuentes judiciales afirmaron que Cantero se encuentra en ese penal de máxima seguridad federal bajo el sistema RIF (Resguardo de Integridad Física), que establece un alojamiento monitoreado todo el día, con 23 horas encerrado en su celda y una hora de salida para recreación, pero sin contacto con otros presos. Guille está en una celda compartida con otro detenido, de nacionalidad paraguaya.
En la requisa realizada por personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Mercedes, se determinó que dentro de la celda había un teléfono público y dos teléfonos de línea, uno para Cantero y otro para el otro preso, explicaron las fuentes consultadas.
Refuerzos de seguridad
Los investigadores creen tener frente a sí la reiteración desafiante de un modus operandi: su principal sospecha es que el jefe de Los Monos fue quien ordenó el último ataque al CJP, como una forma de amedrentamiento, ya que iba a ser juzgado allí desde el día siguiente por otros hechos similares.
Los fiscales se toman muy en serio la amenaza que representa la capacidad del clan para insistir con sus ataques armados. El sábado, el fiscal Matías Adery confesó que la noche anterior –el mismo día del inicio del juicio– se puso un chaleco antibalas para bajar a buscar una pizza que había comprado.
“Hace dos años que tengo custodia y uno se va adaptando; por supuesto que no es la situación más cómoda. Hay momentos como este que, por supuesto, la custodia me dijo que mi seguridad tenía que ser más estricta”, confió.
Fuente: LaNacion