Al menos tres manifestaciones espontáneas han sorprendido al gobierno de Miguel Díaz-Canel este domingo. Grupos de cubanos protestan en San Antonio de los Baños, Palma Soriano y Bauta al ritmo de la canción “Patria y Vida”, que se ha convertido en un símbolo de los disconformes con el castrismo. Activistas aseguran en las redes que hay protestas en otros puntos de la isla, pero los cortes telefónicos y de Internet dificultan la confirmación.
En los vídeos difundidos a través de Facebook, Twitter y por mensajería instantánea se puede comprobar cómo cientos de personas salieron a las calles para gritar “Libertad”, “Abajo la dictadura”, “No tenemos miedo”, incluso reclamando vacunas.
Cuba padece una sempiterna crisis económica, agravada por la pandemia, lo que ha provocado una nueva ola de represión de las autoridades. El crónico desabastecimiento de medicinas y productos básicos se ha agudizado en los últimos meses, mientras se ampliaban las colas para buscar comida y el dólar se disparaba en el mercado negro.
Además, el Covid-19 rompe récords cada día en la isla, donde se reportan cifras oficiales de muertos que no encajan con los aportes informativos de medios independientes.
El primero de los dos focos de protestas está situado cerca de La Habana, muy cerca de la famosa Escuela Internacional de Cine, y el segundo en el oriente del país, en la provincia de Santiago de Cuba. Bauta también es un municipio cercano a la capital.
El runrún de las protestas ha llegado hasta La Habana, donde el Movimiento San Isidro ha llamado a salir al emblemático Malecón. Al frente de este movimiento figura el artista Luis Manuel Otero Alcántara, detenido durante un mes de forma arbitraria en un hospital habanero. “Me voy al Malecón me cueste lo que me cueste”, clamó el artista a través de sus redes.
“Castro, Díaz-Canel, no se atrevan a reprimir. ¡El mundo entero está mirando!”, reaccionó en sus redes Rosa María Payá, líder del grupo disidente Cuba Decide.
“Es algo inédito, protestas en varios sitios con reclamos políticos, superior al Maleconazo”, confirmó a LA NACION el historiador cubano Armando Chaguaceda. En 1994, el peor año del Periodo Especial, cientos de cubanos se lanzaron a protestar al Malecón habanero, incluso apedrearon el Hotel Deauville y varios establecimientos cercanos. El propio Fidel Castro, protegido por sus guardias y con la famosa Brigada Blas Roca en la retaguardia, se presentó en el lugar de la protesta para pronunciar un discurso y acusar a los “apátridas”. Comenzaba así la crisis de los balseros, que provocó la fuga en balsas de miles de cubanos, que se jugaron la vida para llegar a Estados Unidos.
“Son varias protestas pacíficas y espontáneas en varias partes de Cuba. Se reportan cortes de Internet en lugares donde cientos de personas se han tomado las calles. Nos mantenemos vigilantes y demandamos al gobierno de Díaz-Canel que se respete el derecho de asamblea pacífica”, exhortó Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
En las horas previas a las protestas, las redes sociales se llenaron de las etiquetas #SOSCuba y #SOSMatanzas, ante la ola crítica de covid que sufre el país y en especial la provincia matancera, en donde está situado el balneario de Varadero. Un grupo de artistas, incluidos Daddy Yankee y Ricardo Montaner, reclamaron la apertura de un corredor humanitario para enviar ayuda a la isla.
La respuesta del gobierno, pese a reconocer que la situación es “muy compleja”, fue la de casi siempre, señalar a las sanciones y al bloqueo como principal causante de sus desdichas. Su canciller, Bruno Rodríguez, acusó al “oportunismo mediático” de querer presentar que en Cuba se vive un “caos total”.
Fuente: LaNacion