A las 24 horas de este jueves finalizó el cese de comercialización de granos con destino a la exportación e industria y de hacienda para faena, que organizó un sector de la Mesa de Enlace en rechazo al aumento de las retenciones a la soja y sus derivados que implementó la semana pasada el gobierno de Alberto Fernández.
Una protesta que no tuvo control de cargas en las rutas por parte de los productores, lo que permitió además que el trasporte de alimentos e insumos de la canasta básica llegaran a destino y de esa manera se garantizó el abastecimiento de los mismos.
El mayor impacto del cese de comercialización se sintió en el Mercado de Hacienda de Liniers, con un ingreso de animales que cayó casi un 90% y una comercialización durante los días de paro de 2.903 cabezas. Hubo un importante freno en los negocios, sin dejar de mencionar un ingreso fuerte de hacienda el último lunes, ya que los productores tramitaron con anticipación el envío de la hacienda para adelantarse a la medida de fuerza.
“El nivel de acatamiento ha sido diverso según los puntos de referencia. En ganadería fue mucho más impactante y en cereales se comercializó un 30% menos que lo habitual”, señaló a Télam el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO), Carlos Iannizzotto. Y además, el dirigente dijo: “El objetivo del paro se cumplió porque se concientizó sobre que las retenciones son un impuesto que ataca el ingreso y no contribuye a la distribución. De eso se tomó conciencia y ha sido contundente».
Matías de Velazco, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), el cese de comercialización tuvo “un fuerte acatamiento”. Asimismo, comentó que “la medida de fuerza no fue solamente por el aumento de las retenciones, sino por toda la presión impositiva con la cual no se puede seguir trabajando, lo que seguramente afectará la siembra y los niveles de producción de la próxima campaña agrícola”.
Si bien el motivo de la medida de fuerza fue rechazar el aumento de las retenciones a la soja y sus derivados, el objetivo de los dirigentes y productores apuntó a concientizar sobre la elevada presión impositiva que pesa sobre las espaldas del sector. Actualmente las retenciones se suman a otros 15 impuestos nacionales, 13 impuestos provinciales y 7 impuestos y tasas municipales, que debe afrontar todo productor en cada campaña para poder producir.
Impacto de la presión impositiva
Según Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), “la mayor presión tributaria se traduce en forma directa en una menor velocidad en la adopción de tecnología, situación que repercute no solo en los magros resultados del productor, sino que también genera dificultades para la economía del interior y del resto de los sectores asociados a la dinámica del agro. Esto implica un menor ingreso de divisas para sostener la balanza de pagos y, sobre todo, el nivel de actividad de las industrias que necesitan los dólares que genera el campo para crecer».
“De la actual situación no se sale con más impuestos. Se sale con más empresas que impulsen la actividad, que ofrezcan más producción a los mercados nacionales e internacionales, y que generarán más empleo y reactivación. Y, para eso, el único camino es trabajar las soluciones estructuralmente, en una articulación virtuosa entre el sector público y el privado”, agregó Pelegrina.
Si bien el motivo de la medida de fuerza fue rechazar el aumento de las retenciones a la soja y sus derivados, el objetivo de los dirigentes y productores apuntó a concientizar sobre la elevada presión impositiva que pesa sobre las espaldas del sector.
Una vez finalizado el cese de comercialización, los dirigentes del campo aguardan una convocatoria al diálogo por parte del gobierno. La semana próxima habrá una reunión con las autoridades del Banco de la Nación Argentina para definir acciones que permitan a los productores mejorar el acceso a líneas de financiamiento. Todavía no hay información oficial sobre si el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra, se reunirá con los dirigentes del campo, más allá que trascendió que durante la medida de fuerza hubo algunos contactos informales entre las partes.
La máxima autoridad de la SRA, Daniel Pelegrina, sostuvo, “necesitamos recrear la confianza, principal combustible de una economía sana. Eso se logrará solo a través de un discurso coherente, con medidas adecuadas y un diálogo fluido, que ponga en claro que el objetivo es impulsar, de la mano del campo, la producción, el empleo y el crecimiento económico”.
Rechazo a la medida de fuerza
El cese de comercialización de granos y hacienda que finalizó ayer, recibió fuertes críticas de algunos sectores. Para la agrupación “Bases Federadas”, que integra la Federación Agraria Argentina, “la Mesa de Enlace convocó a un paro que a todas luces fracasó. Esta medida tomada a menos de 100 días de gobierno y luego de la presentación de un régimen de segmentación de retenciones, no tuvo ni oportunidad, ni merito, ni conveniencia y, mucho menos, adhesión”.
Por su parte, los integrantes de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores de Carne Vacuna, manifestaron en un comunicado de prensa, “fue una medida apresurada, que perjudicó no solo a los productores que no pudieron comercializar su hacienda, sino también a matarifes, frigoríficos y sobre todo a las familias argentinas”.
Y además manifestaron: “En el mercado de comercialización de hacienda, estos paros tienen una consecuencia inmediata, fuerte y hasta previa. El viernes previo al paro, los precios subieron más del 10% y en estos días de cese de comercialización, la mayoría de los productores no realiza envíos a mercados o ferias, ni tampoco ventas directas por el riesgo que ello implica, con lo cual no se vislumbran señales positivas”.
Por último, recordaron que actualmente el mercado de consumo se encuentra deprimido y con fuertes caídas del salario real: “Esta situación es imposible sostener, por lo que esperamos que reine el sentido común y se apele al diálogo y al consenso para buscar una salida a este conflicto, donde el campo siga teniendo un rol central en el crecimiento económico, de las exportaciones y del empleo, pero que también se atiendan las necesidades de las familias argentinas que tienen en la carne un elemento esencial en su canasta de consumo”.
Fuente infobae