Desde hace un buen puñado de años, la situación en el hospital Perrando, nosocomio de referencia en la región y el principal centro de atención de la provincia, dista de ser la ideal. Tal es así que se cobró la primera renuncia de relevancia de la gestión provincial que comenzó el 10 de diciembre, con la dimisión de José Bolaño, aunque en rigor ocupaba el cargo desde agosto del año pasado.
Tras el tembladeral, ya con las nuevas autoridades en funciones, con Nancy Trejo a la cabeza, se anunciaron algunas medidas urgentes destinadas a paliar las principales falencias, pero según contaron los trabajadores del hospital a NORTE, por ahora sólo se perciben esfuerzos espasmódicos y algunos “parches”, que no son suficientes para dar el salto de calidad que el nosocomio necesita y amerita.
SOLUCIONES PARCIALES
En diálogo con este matutino, el titular de la Asociación de Profesionales, Técnicos y Auxiliares de Salud Pública del Chaco (Aptasch), Ricardo Matzkin, aseguró que ‘los insumos han llegado a los distintos servicios, aunque de manera muy parcial‘.
En este sentido puntualizó que ‘la provisión sirvió para unos días, pero ahora se vuelven a notar faltantes‘.
A la vez, remarcó que se ha concretado la reparación de ‘uno de los ascensores así como de algunos equipos de aire acondicionado‘.
En tanto, en los quirófanos se hicieron algunos ‘retoques‘ pero fundamentalmente hay cuestiones que ‘están en proyecto y se esperan avances concretos como es el caso de la nueva área de Guardia‘ del hospital.
“Las expectativas de los trabajadores es que se regularice la provisión de los insumos y los elementos de trabajo, pero el Ejecutivo ha planteado un plan de acción de 90 días para solucionar estas falencias que no son menores”, explicó.
A la vez, fuentes del hospital que prefirieron la reserva de su identidad por temor a represalias, relataron a NORTE que, desde el cambio de autoridades, ‘la nueva directora recorre el hospital, pregunta, se interesa por las necesidades pero, lamentablemente con palabras no alcanza‘. “‘Arreglaron un ascensor, de los cinco que tiene el hospital; los aires acondicionados se limpiaron, anduvieron unos días pero ahora ya no enfrían y, a pesar de que vimos que instalaron los equipos, el aire central no enfría‘, relataron.
A la vez, remarcaron que en materia de insumos ‘continúan los faltantes: cuando no escasean los antibióticos, faltan antipiréticos o diuréticos; en fin, pareciera que se va comprando lo que se necesita y nada más‘.
Asimismo, indicaron que las pastillas de maternidad, tanto para aquellas mujeres que tiene partos “naturales” como por cesáreas, están refrigeradas con el sistema central que “no funciona”.
Otra cuestión aparte es la Guardia: según los empleados del hospital, a pesar de su importancia, “se desborda permanentemente, y los pacientes deben esperar para ser atendidos en camillas ubicadas en los consultorios aledaños al lugar”.
En síntesis, si bien son bien recibidos, en general, los gestos de las nuevas autoridades para resolver las falencias más urgentes, los trabajadores consideran que es necesario emprender un plan integral para devolverle al hospital el lugar que se merece.
“No se puede perder el derecho a una salud de calidad”, afirmaron.