Apenas algunos minutos antes de las 18, hora en que se convocó a la marcha, miles de personas ya rodeaban el escenario montado en la Plaza del Congreso. De frente al escenario, cuesta mirar hacia adelante. El sol pica fuerte en los rostros de quienes van llegando a la plaza. A diferencia de la marcha del silencio, que se realizó de manera espontánea en la puerta de la casa del joven de 18 años, esta vez no hay improvisaciones. Incluso se montó una pantalla, donde se van a proyectar tres videos y se colgó una bandera que en letras negras dice: “Justicia”.
La foto con el rostro de Fernando Báez Sosa se multiplica por las calles y en los allí presentes. También hay remeras y banderas que hacen referencia a él. “Dios te tiene en el cielo, nosotros en nuestro corazón”, dice una con letras celestes que cuelga del escenario. “Perpetua para los rugbiers”, exige otra.
Hacia atrás, a unos metros del escenario, hay un espacio vallado para las cámaras de televisión y los padres de los compañeros de colegio de Fernando. La mayoría lleva puesto un prendedor con la cara del joven. Algunos se abrazan, conversan bajito.
Andrea es la mamá de Gastón Muzlera, el amigo de Fernando que hace poco le escribió una carta que se viralizó rápidamente. “Mi hijo está destrozado. No cae a tierra. No puede entender que no va a ver nunca más a su amigo. Lo único que quiere es que se haga justicia”, dice la mujer a Infobae y pide no ser fotografiada.
Pero la causa de Fernando no es la única que moviliza. Al Congreso llegaron personas de diversos lugares unidos por el dolor de haber perdido un ser querido. Ellos también piden justicia, “por Daniel, por Gaby, por Emanuel…”.
Minutos antes de las 17, Julieta, la novia de Fernando, habló brevemente con la prensa y agradeció el apoyo y el afecto que recibió. “Necesitamos gente que pida justicia porque si nadie hace nada todo sigue igual”, reflexionó la joven.
Al ser consultada sobre los otros episodios de violencia entre jóvenes que ocurrieron después del crimen de Fernando, Julieta rogó que la sociedad tome conciencia del problema: “Espero que después de hoy algo le haga click en la cabeza a la gente”. En esa línea, señaló que la tragedia que viven podría haber sido evitada y aseguró que eso es lo que le “carcome la cabeza».
La joven también aclaró que la movilización no es para los familiares y amigos de Fernando porque “nadie” podrá devolvérselos. “Es por su memoria”, aclaró.
A los carteles con la cara de Fernando Báez Sosa, se suman los testimonios de los allí presentes. “Justicia por Fernando. San Isidro presente”, dice uno. “Hoy todos somos Fernando”, aseguran varios. Otros piden “Paz”. Hace una semana, el matrimonio Báez Sosa se plantó frente a las cámaras de televisión que estaban en la puerta de su casa y lanzó la convocatoria.
“La violencia es un flagelo que arrasa y destruye sin distinción alguna. No hay religión, clase social, nacionalidad, raza o edad que la frene. Por eso queremos decir ‘Basta de violencia’ con energía y decisión para que se escuche en cada rincón de la Argentina. Queremos que nuestro mensaje llegue a cada familia y a cada ciudadano que quiera sumarse a este pedido de condena a la violencia”, sostuvo Graciela.
Ayer, la fiscal Verónica Zamboni decidió imputar a los ocho rugbiers detenidos por el hecho como coautores del asesinato y ampliará el próximo miércoles la indagatoria de todos ellos, a quienes acusará por el doble agravante del concurso premeditado de dos o más personas y la alevosía, como así también de las lesiones que les provocaron a los amigos de la víctima que también fueron atacados a golpes.
Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (19), Luciano Pertossi (18), Ayrton Viollaz (20), Matías Benicelli (20), Lucas Pertossi (20), Enzo Comelli (19) y Blas Cinalli (18), enfrentan una pena de prisión perpetua.
“Se siente, se siente, Fernando esta presente”, corea la gente. También piden por las víctimas de la violencia.
Es difícil caminar por la plaza. Por la alta convocatoria, el espacio queda chico: las personas están pegadas una al lado de la otra. El reclamo las une de todas las formas posibles.
La movilización también tuvo su réplica en Villa Gesell, en el lugar donde Fernando fue asesinado. Cientos de personas se autoconvocaron frente al boliche Le Brique para amplificar el reclamo de condena a los culpables.
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Fuente infobae