El Papa Francisco envió este sábado varias decenas de rosarios bendecidos para que sean entregados a militares detenidos por causas de violaciones a los derechos humanos. El obispo Santiago Olivera, quien fue nombrado vicario castrense por el propio Francisco hace tres años, fue quien le hizo el pedido al Sumo Pontífice.
“Le pedí llevar rosarios para mis fieles y para los que están detenidos. El Papa se dispuso a dármelos y a bendecirlos para enviarlos a los que están sufriendo y a los que están presos, como ha hecho tantas veces, no es ninguna novedad”, señaló vicario a Infobae desde Roma.
En esa línea, el obispo explicó que “es importante descubrir que la Iglesia está para la cercanía y el consuelo de todos; sin distinción y sin exclusión”.
Durante la audiencia privada, que duró cerca de 45 minutos, Olivera también le transmitió la preocupación por la situación de militares que están detenidos con prisiones preventivas “extendidas”.
“Él se refirió ya al tema. Una preventiva con exceso de años es una injusticia para todo tipo de detenido, aquí tampoco hay nada nuevo, ya lo había manifestado el Papa hace un tiempo aquí en Roma. La prisiones preventivas tienen que tener un tiempo y tiene que hacerse el juicio, no se puede exceder porque se comete una injusticia. No hay injusticias para algunos y para otros no, es para todos”, explicó.
En relación a los crímenes por los que están detenidos, el obispo castrense afirmó que “todo son hijos de la Iglesia y también están bajo el pastoreo del Santo Padre”.
“No hay distinción para el dolor, aún aquellos que tuvieron más responsabilidades y otros que injustamente están llevando prisiones. Entonces me parece que como pastor yo tenía el deber de presentarle al Santo Padre la realidad de esta porción del pueblo de Dios que son estos servidores de la Patria que han entregado su vida y que están sufriendo”, agregó.
Sin embargo, destacó que gestos como este “no nos tienen que enfrentar a los Argentinos sino que hay que descubrir el rol de una Iglesia cercana, samaritana que acompaña y trabaja por la fraternidad, la justicia y la verdad”.
En abril del años pasado, Francisco le había enviado un rosario bendecido al ex vicepresidente Amado Boudou a través de su esposa Mónica García de la Fuente y en 2018 había intercambiado regalos con la titular de Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini. En ese caso, la militante de los derechos humanos le envió al Sumo Pontífice un pañuelo blanco, y el líder de la Iglesia Católica le regaló un libro llamado Ave María.
En febrero de 2016 también le envió un rosario bendecido a Milagro Sala por intermedio de Enrique Palmeyro, un argentino de su extrema confianza y número dos de Scholas Occurrentes, el proyecto educativo que se inició en el Arzobispado de Buenos Aires y hoy se desarrolla a escala mundial.
Fuente infobae