El origen
La historia se remonta al viernes 13 de octubre de 1307. Día en que el rey Felipe IV de Francia ordenó la captura y quema de los caballeros de la «Orden del Temple», acusados de herejía, sodomía, adoración a ídolos paganos, sacrilegio a la cruz y otros “delitos” de la época.
Estos hombres fueron apresados, torturados y despojados de todos sus bienes. Pero en medio de esos abusos, los templarios eran declarado culpables, incluso, de hechos que no cometieron. Como consecuencia de todas esas injusticias, se condenó en principio a cadena perpetua y luego a la hoguera a alrededor de 14 mil hombres pertenecientes a la Orden.
Esta historia, que tiene más de 700 años, tiene su punto fuerte el día de la ejecución del Gran Maestre Jacques de Molay –último gran maestre de la Orden-, momento en que nace la supuesta maldición. Al momento de morir, Jacques lanzó unas palabras al aire: «¡Papa Clemente! ¡Caballero Guillermo! ¡Rey Felipe! ¡Antes de un año yo os emplazo para que comparezcáis ante el tribunal de Dios, para recibir vuestro justo castigo! ¡Malditos, malditos! ¡Malditos hasta la decimotercera generación de vuestro linaje!”.
Si bien su muerte no ocurrió un viernes 13, la historia asoció la maldición a la fecha en que comenzó la eliminación de los templarios. Lo cierto es que antes de un año fallecieron tanto Felipe IV como Clemente V -Papa de la iglesia, quien aprobó las persecuciones-.
Otras tragedias
Con el paso de los años, esa fecha siguió teniendo connotaciones negativas, debido a tragedias suscitadas el mismo día. Entre ellos se destaca el incendio de Victoria, en Australia, ocurrido un 13 de diciembre de 1939 donde murieron más de 70 personas.
En el vecino país de Uruguay, la fecha en la que se estrelló el avión de la Fuerza Aérea en Los Andes que viajaban con el equipo de rugby, era también un 13, pero de octubre de 1972. En enero de 2012, el crucero Costa Concordia se quedó varado en la isla de Giglio en Italia y fallecieron 30 personas.
Las cábalas
Como consecuencia de la supuesta «mala suerte», son muchas las personas que deciden tomar recaudos, para evitar el infortunio. Entre los ejemplos más comunes, podemos encontrar gente que evita pasar por debajo de las escaleras, cruzarse gatos negros o decir determinadas palabras. Sin embargo, otros tantos aseguran que no hay nada con el número 13, y echan por tierra todas esas versiones.
Fuente cronica