Día de la Educación para Adultos: Implica «enamorar, contener y entender al otro»

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En el marco del Día de la Educación para Adultos, dialogamos desde Radio Nordeste con la Directora de Educación para Jóvenes y Adultos del Chaco, María Kopytko, en nuestro programa “Mujeres ATR”, que se emite de lunes a viernes.

 

De acuerdo con un informe de la UNESCO, el 23% de la población adulta mundial es incapaz de leer, escribir o realizar operaciones matemáticas elementales. A esto se le suma que la enseñanza para jóvenes y personas mayores carece de la necesaria vinculación con el mundo del trabajo. Cada año, el 27 de noviembre se conmemora el Día de la Educación para Adultos, una fecha que revaloriza la importancia de la educación de jóvenes y adultos para la formación personal y una mejor inserción en la comunidad de pertenencia.

 

María Kopytko nos comentó que, si bien la situación es alarmante, la alfabetización para adultos fue avanzando tanto a nivel provincial como a nivel nacional gracias a las medidas que se tomaron y a la actualización docente en los últimos tiempos. Además, recalcó que “nuestros jóvenes y adultos son distintos a los de 40 años atrás”.

 

Esta problemática también tiene que ver con el contexto social y cultural en que nos encontramos. Es por ello que María considera que la educación para adultos necesita revalorización, sobre todo en cuanto al trabajo del docente, que es una experiencia muy satisfactoria, según aseguró.

 

La directora explicó que el escenario de la alfabetización para adultos es un espacio “donde todos somos pares”. Ya no es un profesor enseñando a un estudiante sino “una persona ayudando a otra persona”. El mayor empeño se pone en “enamorar” al estudiante para que vuelva al día siguiente, y en que pueda “asimilar y comprender todo lo que queremos impartir”. María Kopytko aseguró que uno sabe que está haciendo bien cuando el estudiante vuelve. De otra manera, el docente debería replantearse su forma de trabajar.

 

Asimismo, María señaló, en comunicación con Radio Nordeste, que el alumno tiene que sentirse cómodo con su profesor. Hay que tratarlo con respeto y amabilidad; hay que enamorarlo y contenerlo. “Es la forma de llegar a él más que nada para atraerlo, pero también para que él pueda asimilar las enseñanzas”, añadió.