Al observar el comportamiento de los ahorristas en argendólares en estas doce jornadas, se vio que parecía desacelerarse el ritmo de caída. Sin embargo, funcionarios bancarios consultados ayer señalaron que se vio un mayor retiro de fondos que de costumbre. Pero según ellos era lógico porque se trataba de la primera jornada de vigencia de las restricciones. Por el lado de los depositantes en pesos, no se registraron aglomeraciones ni retiros masivos.
Claro que muchos de estos depósitos son “dinero transaccional”, es decir, está vinculado con la operatoria diaria de empresas y familias para sus gastos corrientes. El termómetro son los plazos fijos en pesos, y estos apenas están mostrando una merma diaria equivalente a poco más de u$s41 millones. Al parecer las aparentes altas tasas de interés nominales ya no seducen como antes. A la hora de los retiros de argendólares, uno de los principales obstáculos sigue siendo la disponibilidad de efectivo en las sucursales. Por lo que se mantiene, en general, la operatoria de tener que avisar con uno o dos días de anticipación, según el monto, para el cliente que quiera hacerse de sus dólares.
En cuanto a los argendólares, en varias entidades se ha generado cierta confusión sobre la normativa para los que quieren transferir sus dólares al exterior. Algunos interpretan que rige el límite de u$s10.000 por mes y otros argumentando una aclaración que recibieron del BCRA, que no había ningún límite. Esta zona gris, en este caso, debería ser aclarada rápidamente por el BCRA. La pulseada recién comienza. Se trata de una batalla diaria hasta llegar al 27-O. Por lo que el monitoreo sobre los depósitos privados es diario. Lo importante es que los bancos faciliten las operaciones para no generar ruido innecesario entre los ahorristas.