Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) están investigando un número creciente de casos de enfermedad pulmonar «grave» que parecen estar relacionados con el vapeo.
Los CDC anunciaron por primera vez el sábado que ayudarían a los departamentos de salud estatales a investigar un número preocupante de enfermedades pulmonares graves aparentemente relacionadas con el uso de los dispositivos para vapeo, que calientan sustancias como la nicotina para crear aerosoles que los usuarios inhalan. En ese momento, se habían informado 94 casos en 14 estados, pero a partir del miércoles, según un comunicado de los CDC, el número se había disparado a 153 posibles casos en 16 estados, principalmente entre adolescentes y adultos jóvenes. No se han reportado muertes.
No se conoce la causa de las enfermedades, y los CDC señalan que no está claro si todos los casos fueron causados por lo mismo. Aún así, el vapeo parece ser un hilo conductor en todos los estados involucrados en la investigación. Muchos pacientes dijeron que los síntomas comenzaron con dificultad para respirar, falta de aliento y dolor en el pecho, y algunos incluyeron vómitos, diarrea y fatiga. Para los especialistas no se trataría de una enfermedad infecciosa.
«Esto es más o menos lo que se venía anticipando: el uso y el abuso de algo que hasta en un primer momento se había pensado que podía ser saludable, trae estas consecuencias. El líquido de los cigarrillos electrónicos contiene sustancias aromatizantes, agua, alcohol, propilenglicol, glicerina vegetal y diferentes concentraciones de nicotina, no es vapor de agua lo que se inhala», aseveró en diálogo con Infobae Francisco Toscano, médico cardiólogo (MN 95.358), miembro de la Fundación Cardiólogica Argentina.
El vaping constituye hoy la sustancia de mayor riesgo usada por los adolescentes, según las autoridades estadounidenses, que dicen que se propaga con mayor velocidad que los cigarrillos, el alcohol, la marihuana y otras sustancias.
Para Toscano, en la sociedad “vapeadora” se plantean dos escenarios muy diferentes. El primero, el del hombre de 50 años que viene fumando hace 20 años dos paquetes de cigarrillos negros por día y apuesta a un plan para dejar de hacerlo consultado por un cardiólogo, un nutricionista y un psicólogo. “Como una alternativa de corto plazo, vapear lo ayuda en la transición hacia dejar de fumar. Esto los cardiólogos lo apoyamos y avalamos como parte de la estrategia para la cesación tabáquica del paciente”, aseguró el especialista.
“Otro escenario -advirtió- es el de los jóvenes que lo toman como un divertimento,como algo que no produce ningún tipo de efecto, lo utilizan en reuniones y por entretenimiento. Utilizado de esta manera, los cardiólogos no lo vamos a apoyar jamás porque no solo produce daños y es perjudicial para la salud, sino que también es perjudicial para terceros”.
Se cree que vapear la nicotina es una alternativa más saludable a largo plazo para fumar cigarrillos, ya que proporciona menos químicos que causan cáncer que los productos combustibles tradicionales. Pero a medida que el uso del cigarrillo electrónico se ha vuelto más popular entre los adultos, para quienes está destinado, y los adolescentes, para quienes es ilegal, se han informado varios efectos secundarios aparentes.
Los CDC no se han concentrado en ningún producto o sustancia de vapeo específico que pueda tener la culpa, pero muchas personas informaron que usan productos que contienen THC (un compuesto en la marihuana), según la última declaración. Funcionarios de salud en Wisconsin , donde se han reportado 30 casos, dijeron que los pacientes pueden haber consumido sustancias que incluyen nicotina, THC y/o cannabinoides sintéticos (una categoría que incluye el medicamento K2).
Los estudios preliminares han mostrado vínculos entre el uso del cigarrillo electrónico y el daño vascular, respiratorio y celular, y las agencias federales de salud están investigando problemas de salud poco comunes potencialmente asociados con el vapeo, como convulsiones, lesiones resultantes de la explosión de dispositivos y, ahora, enfermedades pulmonares. Algunos adolescentes también se han vuelto adictos a la nicotina al vapear, planteando preocupaciones entre los funcionarios de la salud pública.
De acuerdo con el último informe sobre el control del tabaco publicado por la OMS en 2014, el vapor que liberan estos dispositivos no es inocuo porque contiene nicotina y otros químicos tóxicos y cancerígenos. «Dado que se lo considera como la puerta de entrada a la adicción a una droga como la nicotina, si no se fuma tabaco, vale la pena preguntarse si tiene sentido iniciarse en un hábito que representa inhalar una mezcla de sustancias cuya composición incluye ingredientes sintéticos y probablemente algunos desconocidos, cuando no supone ninguna ventaja para la salud», explicó en una entrevista con este medio Hernán Provera, coordinador del Área de Prevención Cardiovascular y Cesacion Tabáquica de INEBA.
En la Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) prohibió en 2011 la importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción del cigarrillo electrónico en el país, por considerar «que no existe evidencia suficiente para concluir que sean una ayuda eficaz para dejar de fumar» y tampoco hay «pruebas suficientes que determinen que son seguros para el consumo humano».
Fuente infobae