Su padre no los mandaba a la escuela, los obligaba a bañarse con agua fría y se alimentaban con paltas que recogían de los árboles de la zona. En ese contexto de maltrato y necesidades extremas se hallaban cinco hermanitos, de entre 10 y 6 años, que residen en la localidad de Campo Grande.
La situación fue denunciada el martes por una vecina ante las autoridades policiales e inmediatamente el Juzgado de Paz ordenó una serie de medidas tendientes a preservar la integridad de los menores, tres niñas y dos varones.
En principio se estableció un régimen de guarda provisoria por 90 días a favor de Cecilia Z. (29), quien denunció el hecho y aceptó hacerse cargo de los cinco hermanitos.
Asimismo, se fijó la prohibición de acercamiento a 300 metros durante el lapso de tres meses para el progenitor, identificado como Jorge A. (33).
Entre los elementos de prueba se encuentran un video y cartas de la hermana mayor donde relata los padecimientos que afrontaron a manos de su padre y la intención de mudarse con la vecina que los ayudó.
Precisamente, la mujer ya explicitó sus ganas de obtener la tenencia de los menores, lo que oportunamente deberá ser evaluado por la Justicia.
En tanto, tras los primeros estudios se habría descartado que las criaturas hayan padecido algún tipo de abuso de índole sexual, confiaron fuentes del caso.
Según averiguó El Territorio, la madre de los menores padece una discapacidad y desde hace tiempo reside en Buenos Aires. El padre hace changas y a principios de año vendió una vivienda construida por el Iprodha para comprarse un auto.
“Tuve miedo”
En su denuncia ante la Comisaría de la Mujer de Campo Grande, la vecina que acogió a los hermanos aseguró que desde hacía varios meses los vecinos los asistían con comida, calzados y ropa, puesto que el padre los tenía absolutamente abandonados.
“Desde febrero noté que el vecino maltrataba muchos a sus cinco hijos menores. No empezaron la escuela y me contaban que comían palta y a veces chorizo, cuando comían. La mayoría del tiempo vivían solitos y al volver el papá los maltrataba. La nena más grande, que tiene 10 años, me contó que el papá los hacía bañarse con agua fría y los castigaba sin motivo”, detalló.
La mujer es madre de dos menores y se conmovió por la situación de los hermanitos, por lo que empezó a alimentarlos y a interiorizarse de la situación que padecían, aprovechando que el padre salía todo el día.
Consternada por los padecimientos de los chicos, relató que “empecé a darles comida a escondidas y ellos me decían que querían ir a vivir conmigo. No querían estar más con el papá porque casi no comían y cuando volvía les obligaba a hacer las cosas de la casa. Era muy malo y les pegaba”.
Para colmo, semanas después el sujeto vendió la casa para comprarse un vehículo y se mudaron a otro barrio, por lo que los vecinos perdieron contacto con niños.
“No sabía dónde estaban y la verdad que tuve miedo por la vida de los chicos”, reconoció la mujer en su denuncia.
Además, aportó un video donde la nena más grande relató los maltratos de su padre y cartas donde expresó que querían mudarse con ella.
Medidas adoptadas
El martes, la jueza de Paz suplente de Campo Grande, Nancy Barbieri, dispuso un régimen de guarda provisoria por 90 días y la prohibición de acercamiento del padre a 300 metros de las criaturas.
También estableció que el progenitor deberá depositar el monto correspondiente a los salarios de los menores en una cuenta del Juzgado de Paz.
Los pequeños fueron trasladados y evaluados en el hospital local, y se aguarda asistencia psicológica. Asimismo, profesionales del área deberán evaluar al padre.
Todas las actuaciones fueron elevadas al Juzgado de Familia de Aristóbulo del Valle, con jurisdicción en Campo Grande.
En la víspera, la propia jueza de Paz en compañía de Silvina Abdala, por la Municipalidad local, la subcomisario Nancy Poliszuk, jefa de la comisaría de Campo Grande, y la oficial ayudante Carolina Ferreira, jefa de la Comisaría de la Mujer, se acercaron a la casa donde permanecen los menores para establecer el estado psicológico y las necesidades de éstos.
En la ocasión entregaron útiles escolares para que puedan retomar las clases lo más pronto posible y recuperar la dignidad perdida.
“Soy madre y no puedo entender cómo alguien puede maltratar así a sus hijos. Son chicos buenísimos y estoy dispuesta a criarlos”, remarcó Cecilia.
Fuente diario el territorio