El aumento en el precio de los combustibles que comenzó a regir este sábado-de 1,5%- es mucho más bajo del esperado, pero llenar el tanque hoy cuesta 15% más que a comienzos de año. Y esta actualización mensual del valor de la nafta y el gasoil, provocada por la suba del dólar y del petróleo, tuvo consecuencias negativas en el consumo. Las ventas no sólo cayeron por los aumentos en los combustibles, sino por la inflación generalizada, que hizo que muchas personas usen menos el auto o directamente lo abandonen y recurran al transporte público.
La semana próxima, la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la Argentina (Cecha) dará los números de consumo de abril, pero fuentes de la entidad ya anticiparon que la baja rondará el 4,5% interanual y que, una vez más, los combustibles premium fueron los más golpeados. «Como ocurrió en marzo, estaría cayendo otra vez el diesel, con valores cercanos al 10%, y también estaríamos observando que el consumo se nafta super se está resintiendo«, aseguraron desde la institución.
De valer $ 36,99 el litro de nafta super en YPF a comienzos de enero, ahora cuesta $ 42,64. Por ende, mientras que a principios de año llenar el tanque (de 50 litros) salía $ 1.850, en la actualidad ascendió a $ 2.132. Y mucho más con la Infinia, que con el aumento que rige desde hoy trepó a $ 49,20 el litro, lo que implica un gasto de casi $ 2.500 para llenar el tanque.
Con respecto a lo que sucedió con el consumo en mayo, desde la confederación explicaron que si bien son estimaciones muy preliminares -el dato oficial recién se conocerá a fin de mes-, lo más probable es que la contracción interanual se ubique entre 4% y 5%, al igual que en abril. Los aumentos de precios en esos dos meses fueron similares y tienen especial incidencia en la demanda.
En los últimos meses, la venta de gasoil común venía amortiguando la caída en el consumo general de combustibles debido al impacto del sector agropecario, que utiliza este combustible mayormente en la época de cosecha. A partir de mayo, lo que podría empezar a notarse -especulan en el sector- es una menor incidencia de este fenómeno.
Sin embargo, el aumento de junio fue suave y para los meses que restan hasta las elecciones, no se esperan aumentos importantes. YPF es la que marca la cancha en cuanto a la fijación de los precios y está claro que el Gobierno está tomando todas las medidas posibles para que la sociedad sienta una recuperación de su poder adquisitivo durante estos meses.
Aún así, para julio se espera, por lo pronto, una suba de entre 2 y 3% por el impacto del impuesto a los combustibles, que ajusta por la inflación del trimestre enero-marzo y que fue postergado un mes. Además, los precios actuales todavía están atrasados en torno a 10% respecto a la paridad internacional, y será clave analizar cómo evolucionan el dólar y el valor del petróleo hasta octubre.
Fuente infobae