Ariel Paredes, vecino del casco urbano la Isla del Cerrito, transmitió el reclamo de los pobladores ribereños que se encuentran desesperados ante la falta de dragado del riacho Ancho, ubicado en el kilómetro 10 del río Paraguay. El problema responde a que un banco de tierra bloqueo la entrada del agua hacia el riacho Ancho, provocando múltiples daños a los vecinos de la ribereña, afectando el libre paso por las aguas fluviales de embarcaciones locales, ni turistas e impidiendo sus labores cotidianas como el lavado de ropa, riego de plantaciones, pesca para consumo personal, ya que el escaso caudal que circula hace que el agua disponible se pudra. Y a su vez, se está generando la sequía del Ancho.
En una nota de los vecinos (con la firma de gran parte de la comunidad) y que la legisladora Gladys Cristaldo presentó como proyecto en la Legislatura provincial, los vecinos dan cuenta de la situación y recuerdan que el riacho Ancho es una fuente de vida y subsistencia: “La misma agua es utilizada por la población para nuestro aseo personal y como si fuera poco el consumo del mismo, causándonos graves infecciones en la piel debido a su contaminación, por tal motivo es la urgencia de nuestro pedido ya que no nos encontramos viviendo en situaciones dignas”, relatan. Los pobladores reclaman al Poder Ejecutivo provincial que avance en el dragado a través de la Administración Provincial del Agua y solucionar las innumerables dificultades que esta situación les acarrea.
LA ODISEA DE LOS NIÑOS
Otro sector damnificado son los niños que asisten a la E.G.P N° 132 del paraje “El Atajito” que deben caminar diariamente 6 kilómetros, ida y vuelta, para ir a estudiar en medio de un camino boscoso, de tierra que se vuelve aún más intransitable los días de lluvia.
“La escuela está al costado de la ruta que viene de Resistencia para la Isla del Cerrito. Los chicos caminan a diario 12 kilómetros y ahora por el estado del camino y el pasto, se mojan demasiado y la situación se va a empeorar con la llegada del frio”, planteó Paredes.
Por el momento, un agricultor ofreció a los vecinos un tractor y un arado para poder cortar el pasto y «disquear» el camino. Ahora resta conseguir el gasoil necesario para llevar a cabo este trabajo.