Manuel Moreno no fue tan reconocido en los libros de historia argentina como su hermano Mariano, integrante como secretario de la Primera Junta de Gobierno patrio y fundador de la Gaceta de Buenos Aires, aquel periódico que marcó época en nuestro país. Manuel, el hermano menor de la familia, también dedicó su vida a la política y al periodismo, además de ejercer como médico. Y es considerado el padre de la diplomacia argentina por su actuación como defensor de los derechos nacionales sobre las Islas Malvinas, desde su cargo como Ministro Plenipotenciario de la República Argentina en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, que ejerció desde 1828.
Su valioso accionar fue rescatado en los documentos históricos que acaba de publicar la Cancillería que encabeza Santiago Cafiero y en la que quedaron documentados los primeros reclamos que Moreno realizó apenas un mese y medio después de la usurpación del archipiélago austral que hicieron los británicos el 3 de enero de 1833.
En la página web “Malvinas nos une”, el gobierno argentino exhibió una segunda serie de documentos inéditos -un total de 50- que permanecían guardados en los archivos de la Cancillería.
Facundo Rodríguez, coordinador del Consejo Consultivo sobre el Atlántico Sur (CASUR), de la Cancillería argentina, quien se encargó de la publicación le contó a Infobae que la decisión se tomó el 30 de noviembre del año pasado, unos meses después de que se cumplieran 40 años de la Guerra de Malvinas. “Nuestra idea es acercarle a la gente los motivos por los que las islas nos pertenecen. Ha sido un trabajo enorme de historiadores, que han rastreado el material documental, en originales o en copias en muy buen estado de conservación, para volcarlo al público”, detalla Gutiérrez. La CASUR funciona desde 1999.
Para completar la tarea fue necesario rastrear el archivo propio pero también se requirió de la colaboración de otras embajadas como las de Francia, España, Estados Unidos y Gran Bretaña que aportaron material que fue analizado y catalogado.
Esta serie de documentos, la segunda que se da a conocer, se presentó el lunes 3 de abril, en el Palacio San Martín, cuando se hizo un acto de homenaje a los veteranos y veteranas de la Guerra de Malvinas que contó con la presencia de Cafiero; del secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona y de la directora Nacional de Malvinas y Atlántico Sur, Sandra Pitta.
En esa ocasión Pitta subrayó que “estos archipiélagos son argentinos, pero es importante saber por qué son argentinos: por eso iniciar una tarea de información y de difusión fundamentada con documentos es muy importante”.
Para Rodríguez entre los más relevantes de los 50 documentos que se difundieron esta vez aparecen cuatro. En el primero de los que se publicó esta semana, el ministro de Relaciones Exteriores de la provincia de Buenos Aires, Manuel Vicente Maza, instruye a Moreno para que reitere los reclamos a S. M. B (Su Majestad Británica) de los derechos argentinos sobre esos territorios.
En la página 3 de la copia mecanografiada puede leerse: “Si el Gobierno de S. M. B se negase abiertamente como es de esperar a desconocer en la Argentina el derecho de dominio a las islas, el señor ministro plenipotenciario procurará poner en claro los fundamentos sólidos en que se apoya, deducidos de la historia y compilados en su mayor parte en el informe anexo a la correspondencia con el Encargado de Negocios de Estados Unidos, y se esforzará en obtener del gobierno británico la aquiescencia a un arbitramento y si S. M. B se prestase en el claramente el señor ministro (si antes no hubiese recibido prevenciones especiales sobre este punto) para que por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República se den las instrucciones competentes”.
Los reclamos al ministro de Encargado de Negocios británico Philip Gore ya habían sido presentados el 15 de enero de 1833, de acuerdo a la primera serie de documentos que se expusieron en la página web de la Cancillería.
La propuesta de “un arbitraje internacional” en esa nota de Maza a Moreno en febrero de 1833, apenas un mes después de la usurpación, muestra el camino diplomático que se empleó desde un comienzo. Hasta 1880 Argentina pidió tres veces más que se empleara este método pacífico de resolución del conflicto de soberanía.
“Sorprendidas las Malvinas por fuerzas inglesas en medio de la paz y de la amistad afianzada por tratados solemnes entre ambas naciones y violada de este modo abusivo la inmensidad de una parte del territorio de la República pudo adoptar sobre súbditos y propiedades inglesas las medidas reclamadas por la indignación pública y sancionadas por el derecho internacional; pero el Gob. queriendo pagar a la humanidad y a la civilización un gran tributo de moderación y confiado en el poder de la justicia, sobre el juicio de las naciones cultas ha tenido a bien adoptar las vías templadas y pacíficas”, figura en otro de los escritos que se dieron a conocer y que se pueden consultar en el sitio oficial sobre Malvinas.
Otro que señala Rodríguez, el número 7, revela el peso de “la diplomacia pública”. Fue cuando Moreno expuso ante Henry John Temple, conocido como Lord Palmerston, ministro de Relaciones Exteriores británico, los argumentos jurídicos que respaldaban la posición argentina sobre las islas en distintos medios de Gran Bretaña como el diario The Times y también el apoyo que el gobierno de Brasil expuso ante los reclamos nacionales. Está fechado el 3 de julio de 1833.
El tercero es el que detalla el respaldo brasileño sobre el tema ante la Corte de Londres. y se titula “Observaciones sobre la ocupación por la fuerza de las Islas Malvinas o Falkland por el Gobierno británico, año 1833″. El cuarto más destacado contiene una nota de Moreno que ratifica que Argentina nunca va a consentir la decisión unilateral británica.
Más allá de rescatar los aportes de Manuel Moreno, uno de los principales políticos del Partido Federal y que hasta 1852 se ocupó en esos primeros años de los reclamos argentinos, el Reino Unido aceptó negociar con la Argentina en 1965, cuando mediante la resolución de las Naciones Unidas se convocó a ambos países a dialogar para encontrar una solución pacífica del conflicto.
Aunque tras la Guerra de Malvinas (1982), los británicos no aceptaron sentarse a negociar en el marco del derecho internacional, en la Cancillería argentina siguen recopilando material que no se conocía y repiten los argumentos históricos y jurídicos que fundamentan su insistencia para recuperar los territorios australes .
Fuente infobae