Luego de varias idas y venidas respecto a cuándo entrarán a regir los incrementos en el costo del combustible, se fijó que tanto la suba que debía darse desde el inicio de enero del 4% a partir del acuerdo con las petroleras como el que impactaría a partir de una actualización impositiva fueron postergados.
El primero se aplicará desde la primera quincena del primer mes de 2023, mientras que el que llegaría vía tributos se extendió hasta abril.
Si bien desde las cámaras empresarias estimaban que las subas no se aplicarían en forma conjunta sí aguardaban que la acordada con el Ministerio de Economía entre en vigor.
Si bien no trascendieron detalles, seguramente las estimaciones no son buenas para la inflación de enero y se retrasó el cambio en las pizarras de modo tal de atenuar el impacto que tendrá en el índice que calcula el costo de vida.
El entendimiento indica que luego de enero la próxima suba será en febrero con un 4% y en marzo un 3,8%.
Para la cuestión impositiva es casi una formalidad lo que hace la Casa Rosada, las postergaciones datan de la gestión de Mauricio Macri y luego siguió el mismo camino Alberto Fernández.
El atraso es tan extenso en el tiempo, que siempre en lo que es la porción impositiva, de haberse aplicado representaría un incremento del 18 por ciento en naftas y 11% en gasoil.