El fracaso de las medidas adoptadas fase tras fase en la cuarentena obligatoria en Chaco volvió a repetirse tras el retroceso a Fase 1 decretado por el gobernador Jorge Capitanich a mediados de junio en un “último intento” por frenar el avance de la pandemia de coronavirus en la provincia, principalmente en el área metropolitana.
El endurecimiento de las restricciones al tránsito y la actividad económica, más la suspensión del transporte público de pasajeros sumaron otra frustración: la movilidad sigue en ascenso a pesar de los controles policiales y la emisión de permisos obligatorios para circular, comercios de todos los rubros volvieron a abrir sus puertas y la gente sigue trasladándose de una punta a la otra aún sin colectivos.
La merma de la actividad sólo se evidenció en el microcentro de Resistencia, sitiado por la Policía y un vallado montado primero al 800 y después al 500.
Mientras, fuera del “anillo”, todo es normal y el movimiento se exacerba día a día a pesar de los bajos “porcentajes de movilidad” que reporta periódicamente la Policía.
El balance de la última batería de medidas que fue renovada el pasado 1 de julio y continuará vigente hasta el 24, es irrefutable: la provincia alcanzó la tarde del domingo 5 de julio los 2309 infectados por coronavirus, 1010 casos más en apenas 3 semanas.
En ese tiempo Resistencia, que tenía de mil casos positivos de coronavirus, hoy suma 1537; Fontana pasó de 100 a 258; Barranqueras de 104 a 149; y Puerto Vilelas de 26 a 79.
Además, la nómina de muertos por la pandemia ascendió de 73 a 109 o 111, según se tomen en cuenta los datos reconocidos por el Ministerio de Salud Púbica de la Provincia o el de la Nación.
En este marco, el adelantamiento y extensión del receso invernal no parece tener muchas chances de surtir el efecto deseado.
Fuente HDPNOTICIAS
