PAMPA DEL INFIERNO (Agencia) – Las condiciones ambientas fueron favorables para la proliferación de las mismas. En este contexto, los técnicos Diego Grossi (SENASA), Lionel Fernández (Ministerio de Producción del Chaco) y Edgardo Leonhardt (INTA Pampa del Infierno), se reunieron para contemplar posibles acciones acordes a la actual problemática y poner en aviso a los productores de la región.
Entre las sugerencias se pueden destacar la importancia del monitoreo para detectar la presencia y los focos de eclosión, como también su estado ninfal y consecuentemente aplicar dichos focos en campos ganaderos.
En tanto, en cultivos agrícolas hacer aplicaciones de bordura, dado que las mismas se encuentran primero en los montes y bordes de los cultivos, es más oportuno su control en estadios iniciales de crecimiento (Saltona), ya que al no poseer alas forman pequeños grupos los cuales son más fácil de controlar, y en estos estadios es donde mayor daño producen a la vegetación en general.
Picudo de la soja
En dichas recorridas también se encontraron pequeños focos de Picudo de la Soja, en la zona sur de Frentones y Río Muerto, se recomienda a los productores monitorear los lotes. Los daños son ocasionados por los adultos y larvas.
Los adultos, “picudos” o “gorgojos”, atacan los tallos y pecíolos, especialmente el brote principal, deshilachando los tejidos exteriores (observándose finas hebras), como así también produciendo un anillado característico. Al nacer, las larvas se desarrollan alimentándose del interior del tallo, donde finalmente se forma una agalla (ensanchamiento anormal en el tallo).
El daño desde el estado de plántula, en tallo, debajo de los cotiledones o primeras hojas trifoliadas, hasta plantas en avanzado desarrollo. La mayor incidencia se ubica principalmente en estado vegetativo. La aparición de esta agalla pone en evidencia la presencia del picudo desde estados tempranos del cultivo. En infestaciones elevadas pueden encontrarse desde 3 a 8 plantas dañadas por metro en la misma hilera.
Estrategias de manejo y control
Algunas tácticas que pueden ser utilizadas para manejar la plaga son: la rotación de cultivos, la elección de la época de siembra, sistemas de labranza, cultivos trampas, control natural y químico.
La rotación de cultivos con plantas no hospederas puede interrumpir el ciclo del insecto por la falta de alimento. Las gramíneas y el girasol pueden incluirse en la rotación para sustituir el monocultivo de soja en siembra convencional o directa, aprovechando el hecho de que estos cultivos no son atractivos para la plaga.
Los sistemas de labranza influyen sobre el establecimiento y actividad de esta plaga, consecuentemente las poblaciones se incrementan con labranza cero y decrecen con labranza convencional.
Como la larva inverna en el suelo al labrarse el mismo se la expone a la acción de los enemigos naturales que contribuyen al control de la plaga (pájaros, agentes patógenos, insectos, nematodos, etc.).
Los picudos prefieren las leguminosas, el poroto, la soja y algunas especies forrajeras, por lo tanto estas plantas pueden ser utilizadas como cultivos trampas para atraer, concentrar y controlar la plaga. En la EEA Reconquista se encontraron plantas de “porotillo” (Macroptilium lathiroides) afectadas por esta plaga.