En la Argentina, más de 2 millones de personas sufren algún trastorno de tiroides

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La glándula tiroides es uno de los órganos endócrinos más grandes del organismo. Está situada en la base del cuello, por delante de la tráquea y formada por dos lóbulos unidos en el centro por una delgada banda de tejido. Ésta glándula se encuentra comandada por dos estructuras centrales, localizadas en el cerebro y conocidas como Hipotálamo e Hipófisis, que generan un eje de trabajo que tiene como función principal producir, almacenar y liberar cantidades suficientes de dos hormonas llamadas T4 y T3 (tiroxina y triyodotironina). Estas últimas son las encargadas de regular el metabolismo general del organismo y equilibrar el crecimiento y grado de funcionalidad de otros sistemas del cuerpo. Cada una de nuestras células dependen de estas hormonas para su crecimiento y desarrollo normal, y para regular funciones tales como la producción de energía y calor.

Es muy importante destacar que para la producción de estas hormonas, la glándula necesita del yodo que ingresa con los alimentos y que las células tiroideas absorben desde la sangre y lo combinan con el aminoácido tirosina para producir estas dos hormonas tiroideas.

Cada 25 de mayo, desde 2008, se celebra el Día Mundial de la Tiroides, por iniciativa de la Federación Internacional de Tiroides (TFI, por su sigla en inglés), que durante su Reunión General en Leipzig, Alemania, en septiembre de 2007, decidió crear un día mundial y eligieron la fecha en que ya se celebraba en algunos países escandinavos.

La fecha fue promovida, entre otras cosas, debido a la gran cantidad de personas que se ven afectadas por éstas patologías sin saberlo: para hacer hincapié en los síntomas y educar a la población sobre la necesidad de consultar al especialista ante la aparición de alguno de ellos y promover la comprensión de los avances en el tratamiento de las enfermedades tiroideas.

La glándula tiroides regula la producción de energía y el metabolismo de cada célula del cuerpo, por lo tanto los cambios en la función tiroidea pueden afectar todos los sistemas del organismo y la manifestación de esta alteración es diferente en cada persona que la presenta.

«En la Argentina existen más de dos millones de personas que sufren alguno de los trastornos más habituales de esta glándula y se postula que la mitad de ellos lo desconoce; de aquí surge la importancia de conmemorar éste día con la finalidad de difundir los síntomas y generar conciencia». La médica especialista en nutrición y directora del Centro de endocrinología y nutrición Crenyf Virginia Busnelli (MN 110351) señaló que «las enfermedades que puede presentar esta glándula pueden dividirse en las alteraciones estructurales y las alteraciones funcionales».

Dentro de las estructurales, el bocio, popularmente conocido en el país, «es el incremento del tamaño de la glándula tiroides más allá de los límites normales considerados como de 20 gramos -explicó Busnelli-. El bocio suele clasificarse de acuerdo a su morfología en difuso (agrandamiento homogéneo de toda la glándula) o nodular (aparición de una o más protuberancia localizada en los lóbulos tiroideos). Puede tratarse de un bocio uninodular (nódulo tiroideo) o multinodular (más de un nódulo en la glándula). Ésta alteración de la glándula tiroides es una manifestación clínica de múltiples patologías que pueden afectarla».

Entre el 4% y 7% de la población puede presentar nódulos tiroideos detectables clínicamente y ese porcentaje asciende a un 50% cuando se trata de nódulos «ocultos». Pueden manifestarse a través de un bulto en el cuello y generalmente son asintomáticos, pero en algunas oportunidades puede producir dificultades para tragar, respirar o incluso el paciente puede manifestar algunos cambios en la voz.

«Las alteraciones de funcionamiento más conocidas son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, disfunciones que pueden ser acompañadas o no del aumento del tamaño de la glándula. Recordemos que las hormonas tiroideas son quienes regulan el metabolismo por lo tanto cuando el prefijo es hipo, significa ‘menos’ y cuando es hiper, ‘más’; por lo tanto hay que recordar que el metabolismo estaría enlentecido en el primero y acelerado en el segundo», puntualizó Busnelli.

En tanto la médica endocrinóloga María Alejandra Rodríguez Zía (MN 70.787) detalló que «el hipotiroidismo es la disminución de la función de la tiroides, o sea que las hormonas tioideas -llamadas T3 y T4-, son producidas en menor cantidad, o no actúan correctamente». Mientras que el hipertiroidismo es «una función exagerada de la glándula tiroidea que produce T3 y T4 de más y por eso llega a cada célula mucha energía que lleva a que todo el organismo se acelere».

«Los síntomas del hipotiroidismo son cansancio, sueño y dificultad de levantarse, constipación, aumento de peso o mayor dificultad para adelgazar -describió Rodríguez Zía-. Más adelante el cuadro llega a manifestarse con piel gruesa y seca, uñas y el pelo débiles y quebradizos, en las mujeres el ciclo menstrual muchas veces se altera. En los dos sexos baja mucho la libido, y el cansancio se asocia a la falta de deseo para no tener relaciones sexuales».

La glándula tiroides es uno de los órganos endócrinos más grandes del organismo (Shutterstock)
El hipertiroidismo, al contrario, se caracteriza por un exceso de la función de la glándula tiroidea y aceleración de todas las funciones consultando frecuentemente por ansiedad, irritabilidad, taquicardia, pérdida de peso con un apetito normal o incluso mayor, ojos saltones, nerviosismo, temblor de manos, caída de cabello, diarrea, sudoración mayor a la normal y calor.

Para ambas patologías, existe tratamiento eficaz que con diagnóstico, tratamiento y controles oportunos, los pacientes recuperarían su vida normal. Los síntomas físicos suelen ser muy feos y pueden reducir la autoestima del individuo, repercutiendo en su trabajo, hogar y vida familiar. Pero también es real que son similares a otros problemas médicos comunes, por lo que ocasionalmente la enfermedad puede pasar desapercibida (especialmente en el hipotiroidismo). Lo más preocupante es que si no se tratan, puede causar complicaciones muy graves, y potencialmente fatales.

Cada vez más hombres consultan por problemas de tiroides

 
Si bien es verdad que es más frecuente que las mujeres desarrollen alteraciones de la glándula tiroides (cada año, cuatro de cada mil mujeres presentan alguna de estas alteraciones, mientras que sólo 0.6 de cada mil hombres), está en aumento el número de hombres que visitan los consultorios de Endocrinología y reciben un diagnóstico de alguna patología tiroidea, ya sea por fallas en su funcionamiento o en su estructura.

«Los hombres habitualmente quedan excluidos del pensamiento del común de la gente, de los médicos y de las publicaciones generales sobre la posibilidad de tener alteraciones tiroideas y de los cambios que éstas pueden generar en su cuerpo al impactar sobre la función de los diferentes órganos y también en su sexualidad. Es bastante frecuente que frente a la consulta médica por cansancio, depresión, aumento del colesterol o disminución de la libido, se considere que son síntomas por el paso de los años, o el stress de la vida diaria, y no se tenga en cuenta a la disfunción tiroidea», explicó la médica endocrinóloga Sandra Licht.

Si bien la mayoría de los signos y síntomas en las personas del sexo masculino son similares a los que sufren las mujeres -piel seca, cansancio, constipación y sensación de frío- los hombres tienen sus propias quejas. Así como las mujeres frecuentemente consultan por dificultad para mantener el peso, los hombres pueden presentar pérdida de la fuerza y de masa muscular.

Según la especialista del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba), «otros signos y síntomas en varones pueden ser la pérdida en la función ejecutiva, lo que significa la disminución y también enlentecimiento del pensamiento y de la toma de decisiones. También sufren la disminución de la libido y disfunción eréctil, como cansancio y fatiga; y hasta angustia y depresión». «Por otro lado, pueden tener aumento de los niveles del colesterol, alteraciones en la función cardiovascular y una baja de los valores de testosterona en sangre. Los problemas tiroideos hasta pueden generar alteración en los resultados de un espermograma (recuento y función de los espermatozoides) y por lo tanto impactar en forma negativa en la fertilidad», enumeró Licht.

Llegar a un diagnóstico apropiado mediante la medición de las hormonas tiroideas en sangre e iniciar el tratamiento adecuado es la clave para evitar las complicaciones derivadas de la alteración tiroidea, antes mencionadas.

«El tratamiento del hipotiroidismo consiste en reemplazar la hormona tiroidea faltante con tiroxina sintética (T4), la cual actúa de igual manera que la hormona producida por la tiroides. Esto significa que es distinto a tomar otros medicamentos porque en este caso se está reemplazando la insuficiencia de una hormona muy importante para el cuerpo. Una vez en tratamiento son muy importantes los controles médicos para evaluar que la dosis del fármaco sea la correcta y complementar la evaluación tiroidea con la palpación del cuello, para la detección del agrandamiento de la glándula (bocio) o la aparición de nódulos tiroideos», concluyó Licht.