Es muy importante destacar que para la producción de estas hormonas, la glándula necesita del yodo que ingresa con los alimentos y que las células tiroideas absorben desde la sangre y lo combinan con el aminoácido tirosina para producir estas dos hormonas tiroideas.
La fecha fue promovida, entre otras cosas, debido a la gran cantidad de personas que se ven afectadas por éstas patologías sin saberlo: para hacer hincapié en los síntomas y educar a la población sobre la necesidad de consultar al especialista ante la aparición de alguno de ellos y promover la comprensión de los avances en el tratamiento de las enfermedades tiroideas.
La glándula tiroides regula la producción de energía y el metabolismo de cada célula del cuerpo, por lo tanto los cambios en la función tiroidea pueden afectar todos los sistemas del organismo y la manifestación de esta alteración es diferente en cada persona que la presenta.
Dentro de las estructurales, el bocio, popularmente conocido en el país, «es el incremento del tamaño de la glándula tiroides más allá de los límites normales considerados como de 20 gramos -explicó Busnelli-. El bocio suele clasificarse de acuerdo a su morfología en difuso (agrandamiento homogéneo de toda la glándula) o nodular (aparición de una o más protuberancia localizada en los lóbulos tiroideos). Puede tratarse de un bocio uninodular (nódulo tiroideo) o multinodular (más de un nódulo en la glándula). Ésta alteración de la glándula tiroides es una manifestación clínica de múltiples patologías que pueden afectarla».
Entre el 4% y 7% de la población puede presentar nódulos tiroideos detectables clínicamente y ese porcentaje asciende a un 50% cuando se trata de nódulos «ocultos». Pueden manifestarse a través de un bulto en el cuello y generalmente son asintomáticos, pero en algunas oportunidades puede producir dificultades para tragar, respirar o incluso el paciente puede manifestar algunos cambios en la voz.
En tanto la médica endocrinóloga María Alejandra Rodríguez Zía (MN 70.787) detalló que «el hipotiroidismo es la disminución de la función de la tiroides, o sea que las hormonas tioideas -llamadas T3 y T4-, son producidas en menor cantidad, o no actúan correctamente». Mientras que el hipertiroidismo es «una función exagerada de la glándula tiroidea que produce T3 y T4 de más y por eso llega a cada célula mucha energía que lleva a que todo el organismo se acelere».
«Los síntomas del hipotiroidismo son cansancio, sueño y dificultad de levantarse, constipación, aumento de peso o mayor dificultad para adelgazar -describió Rodríguez Zía-. Más adelante el cuadro llega a manifestarse con piel gruesa y seca, uñas y el pelo débiles y quebradizos, en las mujeres el ciclo menstrual muchas veces se altera. En los dos sexos baja mucho la libido, y el cansancio se asocia a la falta de deseo para no tener relaciones sexuales».
Para ambas patologías, existe tratamiento eficaz que con diagnóstico, tratamiento y controles oportunos, los pacientes recuperarían su vida normal. Los síntomas físicos suelen ser muy feos y pueden reducir la autoestima del individuo, repercutiendo en su trabajo, hogar y vida familiar. Pero también es real que son similares a otros problemas médicos comunes, por lo que ocasionalmente la enfermedad puede pasar desapercibida (especialmente en el hipotiroidismo). Lo más preocupante es que si no se tratan, puede causar complicaciones muy graves, y potencialmente fatales.
Cada vez más hombres consultan por problemas de tiroides
«Los hombres habitualmente quedan excluidos del pensamiento del común de la gente, de los médicos y de las publicaciones generales sobre la posibilidad de tener alteraciones tiroideas y de los cambios que éstas pueden generar en su cuerpo al impactar sobre la función de los diferentes órganos y también en su sexualidad. Es bastante frecuente que frente a la consulta médica por cansancio, depresión, aumento del colesterol o disminución de la libido, se considere que son síntomas por el paso de los años, o el stress de la vida diaria, y no se tenga en cuenta a la disfunción tiroidea», explicó la médica endocrinóloga Sandra Licht.
Si bien la mayoría de los signos y síntomas en las personas del sexo masculino son similares a los que sufren las mujeres -piel seca, cansancio, constipación y sensación de frío- los hombres tienen sus propias quejas. Así como las mujeres frecuentemente consultan por dificultad para mantener el peso, los hombres pueden presentar pérdida de la fuerza y de masa muscular.
Llegar a un diagnóstico apropiado mediante la medición de las hormonas tiroideas en sangre e iniciar el tratamiento adecuado es la clave para evitar las complicaciones derivadas de la alteración tiroidea, antes mencionadas.
«El tratamiento del hipotiroidismo consiste en reemplazar la hormona tiroidea faltante con tiroxina sintética (T4), la cual actúa de igual manera que la hormona producida por la tiroides. Esto significa que es distinto a tomar otros medicamentos porque en este caso se está reemplazando la insuficiencia de una hormona muy importante para el cuerpo. Una vez en tratamiento son muy importantes los controles médicos para evaluar que la dosis del fármaco sea la correcta y complementar la evaluación tiroidea con la palpación del cuello, para la detección del agrandamiento de la glándula (bocio) o la aparición de nódulos tiroideos», concluyó Licht.