El líder de la Corriente de Expresión Renovada, Gustavo Martínez, analizó el contexto político que se avizora de cara a las elecciones provinciales de este año, y aunque no confirmó aún sus intenciones por alguna candidatura, habló de lo hecho durante su trayectoria política, y sobre cómo cree que lo ve la ciudadanía.
Martínez aseguró que durante muchos años sufrió la estigmatización por parte de dirigentes del partido al que pertenece «por provenir de una familia de militantes justicialistas» y recordó: «Tanto mi madre como mi padre se han destacado en la dirigencia del Justicialismo durante muchos años, y han tenido una fuerte convicción de servir al otro». Algo que destacó como fundamental en su formación y afirmó que desde muy joven tuvo «la oportunidad de crecer políticamente, gracias a Dios y al acompañamiento de la gente, ganado elecciones internas con 26 años para ser presidente del PJ Capital, llegando a ser presidente de Bloque de Diputados del Justicialismo antes de los 30 años; y precandidato a Gobernador en una interna con Capitanich a los 31». Y lo que aseguró que «hizo que muchos dirigentes históricos del Justicialismo lo vean con preocupación».
Sobre la actualidad, resaltó que cree que «mucha gente está desmitificando esa relación con la imagen de Gustavo» que se creó y contó que la estigmatización estuvo basada en su defensa y vinculación con los más humildes. «Por mi formación cristiana y desde mi compromiso, hice un gran esfuerzo preferencial por los que menos tienen, porque es parte de mi convicción y formación, siempre voy a tratar de que el hilo no se corte por lo más delgado, de apoyar al que más necesita, y al que menos tiene, y esto hizo que me estigmaticen con preferencia por ese sector, como que Gustavo Martínez continuamente está rodeado de mala gente, o que tiene 20 guardaespaldas que están todo el día cuidando a Gustavo Martínez, todo producto de la mala política que busca producir desgastes en otros dirigentes con una construcción negativa».
Lo cual insistió que se ha ido desmitificando, «con una profunda fe, con el trabajo y la relación que se ha ido afianzando con las instituciones y los vecinos». Contó que tuvo la oportunidad de que la gente lo conozca, y erradique «ese concepto de prepotencia y maltrato que habían instalado los sectores que no tenían cuestiones para poder opacar la posición política o el trabajo que se lleva adelante».
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