El Código Ambiental Municipal y la participación ciudadana

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Desde hace varios años se evalúa y se discute acerca de la necesidad de un código ambiental para la ciudad de Resistencia. No por la inexistencia de normas que regulen la materia (el derecho ambiental está regulado por normas internacionales, nacionales, provinciales y ordenanzas municipales), sino por las características propias de nuestra ciudad y por la necesidad de contar con un instrumento legal municipal que nos permita sistematizar la dispersa y muchas veces confusa normativa existente, como lo establece nuestra Carta Orgánica Municipal.

En nuestro país rige un sistema complejo de regulación y competencias en materia ambiental. Los lineamientos generales que deben respetarse mínimamente en todo el territorio corresponden a la Nación, pero cada Provincia y cada Municipio tiene la facultad de dictar las normas que aseguren la protección ambiental dentro de su territorio, de acuerdo a las necesidades de cada región, debiendo adecuarse a los lineamientos generales de los presupuestos mínimos.

Para hacer efectivos estos derechos hay un doble aspecto que debe observarse: por un lado dar a los ciudadanos una norma que organice y asegure sus derechos y a  la Municipalidad las herramientas que permitan asegurar la efectiva vigencia de los mismos; y por el otro establecer un sistema de conformación de políticas ambientales con fuerte presencia de quienes son afectados por tales políticas, a través de la participación ciudadana, para lo cual es necesario fortalecer la educación ambiental, asegurando la protección colectiva del ambiente.

Así fue que conformamos el Foro Ambiental Municipal en el que se convocó a distintas instituciones de la ciudad, consejos profesionales, ongs, fundaciones y sectores académicos, con la finalidad de redactar un Código Ambiental Municipal a fin de establecer las normas protectorias para nuestra ciudad. En el marco de ese foro se conformó la Comisión Redactora del Proyecto de Código Ambiental para la Ciudad de Resistencia, la que concluyó con el Proyecto oportunamente presentado.

Cuando comenzamos a trabajar en el proyecto, interpretamos la necesidad de lograr un cuerpo normativo que entienda al ambiente como una temática transversal a todas las materias. Un código que no solo declare principios, sino que permita intervenir en las diversas cuestiones relacionadas a un «ambiente sano», direccionado siempre hacia un desarrollo sostenible de nuestra ciudad, reconociendo como primer aspecto el de la lucha contra el hambre extremo, la salud, la seguridad y las necesidades básicas del hombre, y compatibilizar la necesidad de cubrir estos aspectos desde la perspectiva menos lesiva para la ecología, dando participación a la sociedad en los procesos de toma de decisión sobre cuestiones públicas que tengan incidencia en cada zona, lo que presupone una información veraz y accesible y la educación de la sociedad para conferir herramientas que permitan que esa participación sea efectiva, a fin de dar gobernabilidad a la gestión ambiental y protección efectiva contra lesiones graves al ambiente.

De allí la necesidad de la participación ciudadana como herramienta fundamental para el logro de este propósito, disponiendo la creación de las Consejos Ambientales Vecinales, la creación del Juzgado de Faltas Ambiental, la protección de distintos sectores de nuestra ciudad, etc… todos ellos, temas que fueron surgiendo de la demanda y participación social los cuales fueron debatidos en comisión para luego ser incorporados al texto.

LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA COMO POLÍTICA DE GESTIÓN

Desde la Presidencia del Consejo, consideramos importante fomentar la participación ciudadana en los procesos de políticas públicas porque constituye un elemento fundamental y condición de posibilidad para los gobiernos, asimismo puede llegar a constituir un mecanismo para el empoderamiento social (tan necesario en estos tiempos).

Siendo conscientes de que no es un camino fácil, y a modo de síntesis, entendemos a la participación ciudadana como fundamental por los motivos que a continuación menciono:

–              El impacto social sobre la igualdad de los ciudadanos.

–              El fortalecimiento de la ciudadanía a través de la ampliación de los derechos de los ciudadanos, otorgando nuevas libertades y responsabilidades al ejercicio democrático.

–              Una mayor legitimación de las instituciones logrando una mayor eficacia y eficiencia en la gestión pública.

Esta herramienta (participación ciudadana), fue y es fundamental en el proceso de construcción y elaboración del proyecto del Código Ambiental para la ciudad de Resistencia. Convencidos de su importancia, seguiremos aplicando la misma en otros proyectos tan necesarios para el crecimiento de nuestra querida ciudad.

Fuente diario tag