En una visita a la redacción de NORTE, el presidente de la Comisión Vecinal, Carlos Robledo, comentó que la intranquilidad generalizada entre los vecinos surge en función del “recrudecimiento” de los casos de inseguridad registrados en las últimas semanas, en una zona que se caracteriza, precisamente, por su “tranquilidad”.
Puntualmente, desde mediados de noviembre hasta los primeros días de este 2018 que recién se inicia, los vecinos contabilizaron seis episodios de robo en el barrio, lo que, por razones lógicas, encendió “una luz amarilla” en la comunidad.
“El caso más grave se produjo en los últimos días, cuando los delincuentes ingresaron a una de las viviendas en la que sus habitantes se encontraban durmiendo; esto, llevó mucha angustia a los vecinos porque nos pone en una situación de vulnerabilidad a la que no estábamos acostumbrados”, remarcó Robledo.
Entre los otros hechos de cierta relevancia registrados recientemente se encuentra el robo con arma blanca a un adolescente, y hurtos de herramientas de trabajo y elementos similares en los patios de las casas.
Si bien en la zona hay una garita policial, ubicada sobre la colectora de la autovía de la ruta 16, y se realizan patrullajes con cierta regularidad, los habitantes del barrio entienden que “últimamente no dan abasto”.
Los vecinos entienden que la situación comenzó a empeorar desde que varias familias comenzaron a usurpar terrenos cercanos al barrio, en su mayoría de la mano de punteros políticos.
“Nosotros estamos dispuestos a tomar las medidas que sean necesarias, pero sin la colaboración de la Comuna, para resolver la cuestión de las usurpaciones, y del gobierno provincial, para reforzar la seguridad; todos los esfuerzos caerán en saco roto”, remarcó Robledo.
Fuente diario norte