El domingo yopará, porque es karaí octubre

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Descalzo, con sombrero de paja (kapi-í), piel oscura y curtido por el sol tropical, el duende sale del monte con una suerte de látigo, liana de ysipó milhombre que lo maneja como arreador, para compartir la comida compuesta por maíz, porotos, carne, tomates, zapallo, cebolla, “verdolaga” (cualquier verdura), zanahorias, trozos de carne, que se hierven en ollas de hierro a fuego de leña o de carbón. En otro recipiente se cocina la mandioca para completar una vigorosa comida, y aguardar con esperanza de la mano del karaí, los avatares de un mes donde no faltan lluvias ni tormentas, cambios climáticos, fríos y calores.

 

 

Tradición popular

El preparo -como decimos los misioneros- comienza durante la mañana juntando en una mesa larga todo lo que se tiene, cocinar lentamente el guiso ensopado, tratar de no pasarse con los tragos porque la jornada sigue con la actuación de músicos que nunca faltan. Se arma las bailantas en calles, plazas, baldíos, clubes o patios caseros. Ojalá que el tiempo acompañe, que no haya pelea entre vecinos, que olvidemos las grietas políticos que tanto daño hacen a la Argentina de hoy para terminar una jornada emblemática, cumpliendo con el rito tradicional que profundiza las raíces culturales de estas tierras llenas de árboles, ríos, arroyos y paisaje inigualables, únicos en el mundo.

 

Fuente: MisionesCuatro/ fuente diario 21