{"id":30339,"date":"2019-11-25T14:06:51","date_gmt":"2019-11-25T14:06:51","guid":{"rendered":"http:\/\/diariosdelchaco.com\/?p=30339"},"modified":"2019-11-25T14:06:51","modified_gmt":"2019-11-25T14:06:51","slug":"casi-9-de-cada-10-mujeres-sufrieron-violencia-laboral-la-mitad-no-hizo-denuncias","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/diariochaco.com.ar\/2019\/11\/25\/casi-9-de-cada-10-mujeres-sufrieron-violencia-laboral-la-mitad-no-hizo-denuncias\/","title":{"rendered":"Casi 9 de cada 10 mujeres sufrieron violencia laboral: la mitad no hizo denuncias"},"content":{"rendered":"

Son los datos que arroja una encuesta de Bumeran<\/strong>, en exclusiva para Entremujeres Clar\u00edn<\/strong>. El miedo a ser despedidas atenta contra las posibles acciones de las v\u00edctimas.<\/h2>\n

Sabrina D\u00edaz Virzi:<\/p>\n

El 86% de m\u00e1s de mil mujeres dijo haber sufrido alg\u00fan tipo de violencia en el \u00e1mbito laboral durante el \u00faltimo a\u00f1o<\/strong>, seg\u00fan una encuesta de Bumeran realizada on line en exclusiva para Entremujeres Clar\u00edn<\/strong>, en el marco del D\u00eda Internacional de la Eliminaci\u00f3n de la Violencia contra la Mujer<\/strong> (25 de noviembre). Acosos, amenazas y humillaciones se acumulan en la enorme mayor\u00eda de las experiencias vividas, mientras un 11% dijo haber vivido violencia sexual y un 5%, violencia f\u00edsica. Mientras los jefes aparecen como los principales perpetradores de la violencia, el miedo adquiere un protagonismo central<\/strong>: m\u00e1s de la mitad de las v\u00edctimas dijo no haber denunciado el hecho violento por miedo a perder el trabajo. En el relevamiento, adem\u00e1s, las mujeres que s\u00ed expusieron el hecho de violencia (ya sea en recursos humanos, con sus compa\u00f1eros o, incluso, con la persona que ejerci\u00f3 violencia) dijeron que ese relato tuvo consecuencias negativas: a m\u00e1s de la mitad la echaron del trabajo<\/strong>.<\/p>\n

Estos datos tienen coincidencia con el \u00faltimo Informe Estad\u00edstico sobre Violencia Laboral <\/strong>(OAVL, primer semestre, 2019), el 63% de los casos son mujeres que denuncian situaciones de violencia o acoso en el lugar de trabajo. En su mayor\u00eda, el tipo de violencia que manifiestan es de tipo psicol\u00f3gica (85%), seguidos por la sexual (9%) y la f\u00edsica (6%) y por lo general los casos son producidos por un acosador var\u00f3n.<\/p>\n

En t\u00e9rminos de desigualdades, el 36% de las mujeres encuestadas asegur\u00f3 experimentar en su trabajo desigualdad econ\u00f3mica<\/strong> (brecha salarial de g\u00e9nero, desigualdad salarial ante igual tarea, entre otros) y el 25%, violencia simb\u00f3lica<\/strong> (estereotipos que reproducen desigualdad o discriminaci\u00f3n). Adem\u00e1s, un alto porcentaje de hombres e identidades no binarias mencionan, tambi\u00e9n, haber sufrido principalmente violencia psicol\u00f3gica. En todos los casos, el jefe directo y su superior son los m\u00e1s mencionados en relaci\u00f3n al perpetrador de la violencia.<\/p>\n

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Casi 9 de cada 10 mujeres encuestadas sufrieron violencia en el trabajo. Foto: Shutterstock.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n

El accionar violento a\u00fan silencia a las mujeres<\/h2>\n

El 44% de las mujeres violentadas dijeron que hicieron alg\u00fan tipo de acci\u00f3n luego de la situaci\u00f3n violenta: casi cuatro de cada diez hablaron con la persona que ejerci\u00f3 violencia, tres de cada diez lo comentaron con su entorno de compa\u00f1eros y otras tres de cada diez hicieron la denuncia en el departamento de recursos humanos de su empresa. Finalmente, un 3% hizo la denuncia en la polic\u00eda.<\/p>\n

Resulta preocupante que m\u00e1s de la mitad de las que se animaron y decidieron exponer el hecho violento cuentan que hubo consecuencias negativas <\/strong>a partir de su accionar: al 56% de ellas la echaron, al 34% la aislaron laboralmente y al 10% amenazaron con despedirla. Adem\u00e1s, el 33% de las que compartieron lo vivido dijo que no hubo consecuencias (ni positivas ni negativas) y, finalmente, la menor proporci\u00f3n fue para las resoluciones positivas, con un 13% (apoyo de los compa\u00f1eros, \u00e1mbito de mayor compa\u00f1erismo y tratar el tema internamente a modo preventivo, se repartieron uniformemente las respuestas).<\/p>\n

Lamentablemente, esta oscura realidad en la que mayormente se describe alg\u00fan tipo de \u00abcastigo\u00bb por hablar <\/strong>reafirma el temor de aquellas otras mujeres que decidieron callarse y no hacer nada frente a la situaci\u00f3n violenta, que son la mayor\u00eda: casi seis de cada diez mujeres (56%) que sufrieron alg\u00fan tipo de violencia no hicieron ning\u00fan tipo de acci\u00f3n o denuncia<\/strong>, principalmente, por miedo a perder el trabajo (63%), a sufrir otro tipo de represalias (28%), a que no le creyeran (6%) y por temor al qu\u00e9 dir\u00e1n (3%).<\/p>\n

\u00abConsideramos importante visibilizar y trabajar la problem\u00e1tica de g\u00e9nero desde nuestras encuestas a usuarios y a partir de la difusi\u00f3n de informes. Los resultados demuestran que, a pesar de la lucha por eliminar las desigualdades de g\u00e9nero, a\u00fan queda un gran camino por recorrer en esta tarea\u00bb, afirma Luc\u00eda Benavente<\/strong>, responsable editorial de Bumeran.<\/p>\n

Quebrar la l\u00f3gica machista<\/h2>\n

Celebramos el empoderamiento femenino y el cambio de las l\u00f3gicas machistas y patriarcales que sum\u00edan a las mujeres a la invisibilidad y a la sumisi\u00f3n y, con ello, que las tem\u00e1ticas y problem\u00e1ticas de g\u00e9nero hayan adquirido mayor visibilidad, pisando fuerte en las calles y marchas masivas, en las mochilas de las j\u00f3venes, en la ampliaci\u00f3n del vocabulario y el cuestionamiento del lenguaje, en los v\u00ednculos sororos que contagian fuerza. Pero, a la hora de la experiencia concreta en los trabajos, y m\u00e1s en un contexto de crisis, \u00bfse perciben cambios frente a estas situaciones? El 65% de todas las mujeres encuestadas asegura que no not\u00f3 diferencias<\/strong> en el \u00faltimo tiempo y el 84% dijo que en su trabajo no se aborda esta tem\u00e1tica. Los n\u00fameros son similares entre los hombres y las identidades no binarias.<\/p>\n

Aunque representan una minor\u00eda, entre los encuestados que s\u00ed mencionan un abordaje de g\u00e9nero en sus empresas, se destacan las alternativas de comunicaci\u00f3n para hacer denuncias, las pol\u00edticas y protocolos de actuaci\u00f3n.<\/p>\n

Las grandes empresas y corporaciones empiezan a contar con protocolos, y las especialistas coinciden en que la incorporaci\u00f3n de este tipo de procedimientos formales y claros<\/strong> colabora a quebrar la l\u00f3gica del silencio, que perjudica y a\u00edsla a la v\u00edctima. Cintia Gonz\u00e1lez Oviedo<\/strong>, psic\u00f3loga experta en diversidad y directora de la consultora Bridge The Gap, dice a Entremujeres Clar\u00edn<\/strong> que, \u00absin un marco institucional desde la empresa u organizaci\u00f3n, es muy dif\u00edcil ‘ir contra el sistema’<\/strong>. La oficina de recursos humanos debe tener una persona responsable para recibir estas denuncias, de manera an\u00f3nima, y los procedimientos deben estar documentados y protocolizados\u00bb.<\/p>\n

\u00abEsa es la gran trampa<\/strong>: la mujer no denuncia las situaciones de violencia en las familias porque tiene miedo de perder su situaci\u00f3n familiar y, en el trabajo, se tiene miedo a perder el empleo\u00bb, dice la abogada Cecilia Garau<\/strong>, directora de Protecci\u00f3n e Igualdad Laboral, del Ministerio de Producci\u00f3n y Trabajo.<\/p>\n

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C\u00f3mo evitar la violencia de g\u00e9nero en las organizaciones. Gentileza Grow.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n

\u00abCuando la persona decide manifestar lo que padece se encuentra con factores inhibitorios tanto internos (emocionales) como externos (institucionales). Por eso, es importante comprender que, para quien est\u00e1 atravesando una situaci\u00f3n de violencia, el develamiento es el \u00faltimo recurso<\/strong>, porque significa exponer su experiencia ante la organizaci\u00f3n\u00bb, explica a Entremujeres Clar\u00edn<\/strong> la psic\u00f3loga Natalia L\u00f3pez<\/strong>, especialista en violencia de la consultora Grow. \u00abLas personas dudan de ellas mismas, de su trabajo, creen que algo han hecho, se sienten responsables. Cuando finalmente hablan, es porque todas las estrategias previas que implementaron para que la violencia cesara no funcionaron<\/strong>. Y, en ese momento de vulnerabilidad, la instituci\u00f3n y el grupo de trabajo duda de su credibilidad, las estigmatiza, se la victimiza, se la re-victimiza. Pasan a ser ‘quilomberas’, se considera que algo quieren obtener. Y lo \u00fanico que busca una persona que est\u00e1 en situaci\u00f3n de maltrato laboral es ejercer su tarea en un espacio libre de violencia\u00bb, expone L\u00f3pez.<\/p>\n

El panorama actual<\/h2>\n

Adem\u00e1s de llamar a la l\u00ednea 144, se puede realizar una consulta en la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral (OAVL)<\/strong>, a nivel nacional, y en las que se abrieron en varias jurisdicciones (como la que se abri\u00f3 en la Ciudad de Buenos Aires el a\u00f1o pasado). \u00abLas actuaciones de las oficinas son muy profesionales y hay muy buenas resoluciones, porque se aborda con equipos interdisciplinarios, sin embargo, la atenci\u00f3n de los casos es a nivel formal -con personas trabajadoras inscriptas-\u00ab, opina Garau.<\/p>\n

Existe normativa sobre el tema y, espec\u00edficamente, se describe la violencia laboral contra las mujeres en el art\u00edculo 6 de la ley 26.485 de protecci\u00f3n integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres (2009). Pero falta una aplicaci\u00f3n m\u00e1s efectiva de esta norma<\/strong>.<\/p>\n

En junio de 2019, la Organizaci\u00f3n Internacional del Trabajo (OIT) aprob\u00f3 un convenio (190) y una recomendaci\u00f3n<\/a> sobre violencia y acoso laboral con perspectiva de g\u00e9nero<\/strong>. Considera que el acoso y la violencia atentan contra los derechos humanos, y constituyen una amenaza para la igualdad de oportunidades, que afectan de manera desproporcionada a las mujeres. Argentina inici\u00f3 su proceso de ratificaci\u00f3n, y ya hay proyectos de ley en el Congreso. \u00abPrev\u00e9 que los estados miembros sancionen un marco legal adecuado en el que se proh\u00edba la violencia, pol\u00edticas p\u00fablicas espec\u00edficas para prevenci\u00f3n y atenci\u00f3n, y pol\u00edticas en el lugar de trabajo (por ejemplo, protocolos internos en las organizaciones) y la generaci\u00f3n de un entorno de ‘tolerancia cero’ frente a la violencia y el acoso<\/strong>. Tambi\u00e9n ampl\u00eda el \u00e1mbito de aplicaci\u00f3n personal, a todos los sectores, formales o informales<\/strong>, en todos los \u00e1mbitos, tambi\u00e9n pasantes y postulantes. Incluye reconocer los efectos de la violencia dom\u00e9stica en el trabajo. Presenta grandes desaf\u00edos y tareas para todos los actores del mundo del trabajo, y el desaf\u00edo mayor que es que sea efectivo y se aplique\u00bb, detalla Garau.<\/p>\n

\u00abMuchas mujeres deciden no revelar una situaci\u00f3n de violencia por miedo a perder su fuente de ingresos. Por lo que estas medidas podr\u00edan evitar muchos casos de revictimizaci\u00f3n de quienes est\u00e1n atravesando una situaci\u00f3n de violencia de g\u00e9nero en el \u00e1mbito laboral y, as\u00ed, fortalecer la autonom\u00eda econ\u00f3mica de las mujeres\u00bb, dice la abogada Kathrin Ecke<\/strong>, investigadora de Grow.<\/p>\n

Micromachismos y otras desigualdades<\/h2>\n

Llamar al delivery, preparar el caf\u00e9 o tomar notas en una reuni\u00f3n o comprar el regalo de cumplea\u00f1os de un compa\u00f1ero son lo que se llaman \u00abtareas dom\u00e9sticas\u00bb<\/strong>, est\u00e1n fuera del foco de la atenci\u00f3n y aquellos que las realicen no recibir\u00e1n felicitaciones ni obtendr\u00e1n un ascenso. S\u00ed, estas tareas suelen recaer, mayormente, en mujeres. Estas tareas, \u00abfeminizadas\u00bb<\/strong>, son solo algunos de los micromachismos que empiezan a reconocerse, tras correr un velo cultural (patriarcal y machista) que ocultaba la desigualdad, y las ubicaba en el rol de secretarias, y a los hombres, en roles de jefe o coordinadores de reuniones. Desde hace unos a\u00f1os, estos comportamientos empezaron a tener nombre propio, dando origen a nuevas palabras -muchas a\u00fan son t\u00e9rminos en ingl\u00e9s- que permiten identificar actitudes que antes no pod\u00edan ni siquiera nombrarse y, por lo tanto, cuestionar.<\/p>\n

En la encuesta que hizo Bumeran<\/strong>, 644 encuestadas mencionaron a las \u00abwomenial tasks<\/strong>\u00bb -dichas tareas administrativas o serviciales- como uno de los micromachismos m\u00e1s habituales en sus empresas, seguidas por el \u00abhystereotyping<\/strong>\u00bb -estereotipos para negar pensar en una mujer como l\u00edder, mencionado en 573 casos-, \u00abbropropiation<\/strong>\u00bb -cuando un var\u00f3n toma cr\u00e9dito por la idea de una mujer, por 464 casos-, \u00abel-ja-vu<\/strong>\u00bb -cuando un jefe es reemplazado por otro var\u00f3n, seguido por otro var\u00f3n y as\u00ed sucesivamente, por 499 casos-, o \u00abmansplaining<\/strong>\u00bb -explicar algo a una mujer de forma condescendiente, cuando ella no lo pregunt\u00f3, en 429 casos-.<\/p>\n

Fuente: clarin<\/p>\n

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