Pueden suponer un peligro para los astronautas, las naves espaciales y los sistemas tecnológicos en tierra, como las redes de energía eléctrica y las radiocomunicaciones. En el momento de la erupción solar se pueden observar unas manchas negras en la superficie de la estrella, donde además comienzan los brotes de plasma.
Más tarde se produce la fulguración solar que son radiaciones expulsadas por la estrella que abarcan un gran campo en el espectro, pueden constar desde rayos gamma hasta ondas de radio. Estas viajan por todo el ancho del espacio y chocan con los cuerpos más cercanos. Únicamente tardan en llegar a la tierra, y generar sus consecuencias, 8 minutos.
En tercer lugar se da la «eyección de masa coronal», momento en el que se expulsa plasma del sol. Si el plasma es expulsado en dirección de la tierra es cuando se pueden causar daños en los satélites y en telecomunicaciones pero en la mayoría de los casos la atmósfera terrestre protege la tierra de estas radiaciones.