Murciélagos rabiosos: detectan caso de rabia paresiante en un bovino en La Leonesa

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Se trata de un caso secundario a 2 kilómetros del caso índice de rabia confirmado a fines de julio pasado en el Paraje Lapachito. Esto ocurre debido a que el virus de la rabia puede circular hasta 18 meses en una misma zona y de ahí la importancia de insistir en la vacunación contra la enfermedad.

El Centro Especializado en Zoonosis de Chaco informó al Senasa que la muestra tomada del cerebro de un bovino tras su muerte, fue analizada y resultó con diagnóstico positivo para rabia. Es así que, el Senasa determinó la interdicción del establecimiento productivo donde se confirmó el caso, a fin de efectuar la actualización de la vacunación de los animales del predio.

El organismo, ahora, también se encuentra abocado a la revisión de la vacunación llevada adelante en el resto de los establecimientos comprendidos en el brote de julio pasado, donde la inoculación es obligatoria y debe ser registrada en la oficina La Leonesa del Senasa.

En paralelo, continúa con la vigilancia epidemiológica en la zona y sugiere que los productores ubicados a más de 10 kilómetros del brote también vacunen contra la rabia y registren la acción sanitaria en la oficina del Senasa.

La rabia paresiante es una zoonosis, puede transmitirse de los animales a las personas y es mortal, allí radica la importancia de la prevención mediante la vacunación de los animales susceptibles de contraer la enfermedad y el control de vampiros.

Los brotes de rabia paresiante perduran no más de 18 meses con periodos ínter epidémicos sin la enfermedad de por los menos 3 o 4 años. La mayoría de los bovinos que no fueron vacunados se infectan con el virus luego de ser mordidos por murciélados rabiosos. En los bovinos que se infectan, el período de incubación de la enfermedad es de alrededor de 30 días.

Los primeros síntomas observados consisten en inquietud, falta de apetito, tendencia a aislarse y frecuentes vocalizaciones con un tono de voz diferente al habitual. Luego, se observa depresión, deshidratación y dificultad postural y ambulatoria, principalmente en el tren posterior.

Los animales caen con frecuencia al suelo y se levantan con dificultad, hasta que finalmente quedan postrados en decúbito lateral. Finalmente, aumenta la parálisis y la deshidratación, muriendo por esas causas entre los cinco y los 15 días posteriores al comienzo de los síntomas.