Los habitantes de Santiago de Chile enfrentan este lunes su primer día laboral tras las violentas manifestaciones, saqueos e incendios que dejaron al menos 10 muertos durante el fin de semana, pese al despliegue militar y el toque de queda decretado por las autoridades.
Pasadas las 7 de la mañana, los residentes capitalinos comenzaron a dirigirse a sus centros laborales, con un grave problema de transporte público. la empresa estatal del metro (que transporta diariamente a cerca de tres millones de pasajeros) sólo logró habilitar parcialmente la línea 1, la más importante de las siete que cruzan la capital chilena.
En tanto, la cifra muertos aumentó a 10 este domingo, tras el hallazgo de dos cuerpos calcinados en un local comercial de productos de construcción en la comuna de La Pintana, que había sido saqueado por manifestantes, informó Emol.
Las otras víctimas fatales murieron en circunstancias similares. En uno de estos incendios, en un gran almacén de ropa de Santiago, fallecieron cinco personas, y una víctimas más se encontró en otro incendio en un supermercado en la calle santiaguina de Matucana. El sábado, otras dos personas murieron asfixiadas en un comercio.
“Será un día difícil”, adelantó el presidente Sebastián Piñera, quien días antes de que estallara la crisis social, la peor desde el retorno de la democracia en 1990, se refirió a Chile como un “oasis” de estabilidad. Esta vez, expresó: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso”.
El subterráneo chileno quedó totalmente inoperativo desde el viernes hasta el domingo luego que 78 estaciones (de 136) fueran destruidas dejando un daño económico superior a los 300 millones de dólares.
El metro estará apoyado por más de medio millar de autobuses públicos, municipales e interurbanos que se complementarán con taxis para copar las necesidades de transporte de los santiaguinos. Piñera solicitó a conductores privados colaborar en el traslado de la población. “El Metro es un transporte estructural. No hay un bus que reemplace el recorrido del Metro”, destacó Eric Campos, presidente del Sindicato de Metros de Chile, en declaraciones a radio La Red. Además, criticó la respuesta del Estado: “Hay un pueblo que está despertando y un gobierno que está desarrollando una estrategia del miedo. Pensamos que esto en Chile no iba a ocurrir más”.
Centros comerciales, tiendas del retail, supermercados y farmacias permanecerán cerrados, mientras que los bancos evaluarán la situación para abrir sus sucursales.
A su vez, las clases fueron suspendidas en 48 de las 52 comunas de Santiago y los hospitales se espera que funcionen con normalidad.
En el aeropuerto de Santiago se encontraban varados miles de pasajeros quienes pacientemente esperaban una solución a centenares de vuelos que fueron cancelados o reprogramados.
Los estudiantes llamaron a nuevas movilizaciones para el lunes, mientras 9.500 militares y policías se encuentran desplegados en las calles chilenas para evitar mayores desmanes.
Fuente infobae