“El tipo de mascota que se lleva a casa para que sea parte de la familia es muy importante, igual que conversar y hablar antes de adquirirla, en lugar de arrepentirse después… al percatarse que tal vez no es lo mejor para la familia”, afirmó.
Además, hay que pensar si algún miembro de la familia sufre de alergias. El pelo de las mascotas no es un alérgeno, pero la caspa o la saliva pueden provocar reacciones alérgicas en algunas personas. “Es preciso asegurarse de que tener una mascota no signifique que la salud de uno de los niños o de otro familiar se vea afectada negativamente”, concluyó.
Fuente diario ambito