El kilo de pan, más cerca de los $40

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Después de la suba de marzo, a partir del lunes el kilo de pan pasaría de $32 a $38 en promedio. Hace dos meses el incremento -de unos cuatro pesos- había sido empujado por el precio de la harina. Ahora los panaderos sostienen que producir se hace insostenible por costos acumulados en los últimos cinco meses.

Se espera que la suba de esta semana represente unos cuatro a seis pesos más por kilo, para atenuar el impacto en el mostrador.

ALGUNAS REFERENCIAS

La harina pasó de ocupar una quinta parte a un tercio de los costos. Los $280 pesos que valía una bolsa de 50 kilos en diciembre ahora pasaron a $580.

’Es lo que más se elevó por mayores exportaciones de trigo’, explica Diego Ballesta. El presidente del Centro de Industriales Panaderos del Chaco enumeró a NORTE otros elementos: ’Los salarios de los trabajadores se incrementaron (un 7,5%) desde marzo y el valor del kilovatio hora pasó de un peso en diciembre a los tres actuales’.

Ballesta recuerda que en la entidad siempre fueron prudentes en sus declaraciones para no generar preocupación en los consumidores, sin embargo el riesgo de cierres y de despidos también aumenta.

EL MENSAJE

El centro se dirigió a la opinión pública con un pronunciamiento difundido ayer: ’Debido al incesante y extraordinario aumento en el precio de la harina, que en lo que va del año supera el 100%, más los incrementos tarifarios y salariales el costo de elaboración del pan y otros productos se ha incrementado notablemente obligando a una nueva actualización en los precios de venta al público’.

’Es comprensible la situación actual por la que atraviesa el consumidor aunque la de nuestras panaderías ha empeorado notablemente, al punto de que conlleva al cierre de algunas’.

VENTAS Y LOCALES

’Las ventas disminuyeron no solo en nuestra provincia sino en todo el país; si esta situación no se revierte en el corto plazo muy pronto será imposible continuar sin poder trabajar al máximo nivel de la capacidad instalada y al mismo tiempo con exiguos márgenes de rentabilidad’.

’Ni siquiera la reducción de personal aliviaría nuestra situación. Los costos fijos son insostenibles con baja producción y sumada a la pesada carga impositiva, el resultado será totalmente incierto. Nunca fue nuestra intención alarmar, pero no pintar la realidad es engañar a todos’.

DOS MESES ANTES

A mediados de marzo los panaderos anunciaron que los cuatro pesos eran un modesto incremento como consecuencia de la suba de un 20% del precio de la harina. Hasta entonces el valor promedio de un kilo de pan de 20 piezas pasó de un piso de 28 pesos a unos 30 y 32.

En ese momento la entidad describió que el precio de la harina había quedado por debajo de la inflación anual, pese a la suba de la energía, entre otros aspectos como las cargas sociales -cuando hay personal a cargo- alquiler, combustible, terceros.

Hace dos meses en otros mercados el kilo ya superaba largamente los 40 pesos. Consciente de que se trata de un tema sensible Ballesta sostenía que tampoco se puede aumentar mucho más porque el poder adquisitivo de los consumidores es limitado.

EN ETAPAS

Los propietarios de emprendimientos con varios empleados continúan pagando con atraso las leyes sociales y las nuevas medidas de reducción de cargas sociales votadas a fines de 2017. Los beneficios se habían acordado pagar en forma escalonada hasta 2022.

Mientras que la última paritaria fijó un aumento anual del 15% en dos tramos: el 7,5% en marzo y lo restante en julio. Además prevé la aplicación de una cláusula de revisión en septiembre ante un desfase inflacionario. En el acuerdo aprobado por el Ministerio de Trabajo intervinieron la Federación Obreros y Empleados de Panaderías y Afines de la Provincia de Buenos Aires, que conduce Abel Frutos, y La Federación Industrial Panaderil.

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Abel Frutos y Diego Ballesta con referentes de varios puntos del país coinciden en la descripción poco optimista del sector.

Pequeñas y medianas panaderías, las más afectadas

Con un padrón de jóvenes trabajadores, la mayoría de los panaderos sindicalizados sostiene un grupo familiar que en promedio tiene cuatro integrantes (4,5 per cápita).

Para el gremio la preocupación es por el crecimiento de emprendimientos que contrata empleados en la informalidad. Según estimaciones de la Federación Argentina Unión Personal Panaderías y Afines (Fauppa) hoy un 45 a un 50% del sector se encuentra en esas condiciones.

La industria en general está muy mal: en el sector compuesto por unas 35.000 empresas, las pequeñas y medianas se llevan la peor parte.

’Todo lo que involucra la cadena productiva se encareció’, afirma Abel Frutos, el secretario general de Fauppa, en una reciente entrevista.

Un proveedor del Estado pasó de pagar $6.000 de luz a $90.000, a la empresa que funciona en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, la conoce porque trabajó allí hace años.

Por otra parte Frutos sostiene que el salario varía significativamente según donde se trabaje: ’Hay salarios de primera en Capital Federal y de segunda en las provincias’.

ANTES DEL ACUERDO

Hace dos semanas los panaderos bonaerenses repartieron pan en protesta por el aumento de las tarifas de gas y electricidad. La manifestación conocida como el Panazo planteó el malestar del sector en el microcentro porteño.

Buscaban asegurar conversaciones entre empresarios, Estado y trabajadores, para acordar un piso salarial acorde con ’una realidad delicada y el avance de los costos’.

El dirigente señala que aunque en la actualidad los acuerdos en provincia de Buenos Aires, Capital Federal y el país ’están consonancia’ todavía falta reabrir las conversaciones en el séptimo mes del año. ’Creemos que la inflación actual no es la que nos están diciendo y necesitaremos ajustar los números a datos reales. Consideramos que vamos a estar más cerca de un valor anual en septiembre’. A la paritaria 2018 dos datos son acuciantes: la harina acumulaba una suba del 50% para la industrialización de panificados y 14 molinos ya cerraron sus puertas

Fuente diario norte